Este último sábado, prácticamente a la misma hora que se presentaba en la iglesia de Larunbe el hallazgo del altar de Arriandi, una pareja se daba el “sí, quiero” ante otro altar de otro templo, esta vez de las Recoletas de Pamplona. Las bodas en general van a menos, más aún las religiosas, pero todavía no tanto para que este hecho constituya noticia por sí solo. Las cosas cambian si decimos que la feliz pareja la han constituido Jon Gondán, desde 2015 alcalde de Zizur Mayor por Geroa Bai, y Amaya Larraya, alcaldesa del Valle de Egüés por Navarra Suma en la legislatura 2019-2023. No presencié el evento, pero puedo imaginarme al sacerdote en el sermón diciendo eso de que la unión de Jon y Amaya vuelve a demostrar que el amor no conoce fronteras, y a los participantes en la misma reafirmando con una sonrisa y un gesto de asentimiento las palabras del oficiante. Las crónicas ya publicadas no detallan cómo se conocieron el zizurtarra y la eguestarra. Si tuviera que fabular al respecto aventuraría que en alguna reunión de la Mancomunidad de la Comarca de Pamplona a la que pertenecen los municipios de los que eran regidores en los tiempos en que, al parecer, surgió la chispa. Hoy en día Gondán sigue al frente de Zizur Mayor, mientras que Larraya ya no está en el de Egüés, después de que su partido, UPN, le apartara de las listas en las últimas elecciones municipales. No quiero pensar que el amor de la ex primera edila navarrista por un nacionalista vasco pesara en la decisión de Esparza de defenestrarla. Sea lo que sea, las susodichas crónicas hablan de caras conocidas de Geroa Bai entre los invitados, pero omiten cualquier referencia a nadie de UPN. No hubo opción, pues, para más confraternización. Las parejas ideológicamente mixtas tienen su plus problemático que los recién casados deberán gestionar. Buena suerte y que Larrahe les acompañe.