Dentro de tan solo dos días, los ciudadanos vascos tienen una cita con las urnas. Y como es habitual en estos eventos democráticos, la atmósfera política ha estado cargada de debates, discursos y, por supuesto, propaganda electoral.

Cuando se trata de campañas electorales, es inevitable pensar en la propaganda, esa herramienta básica que los partidos políticos utilizan para movilizar a los votantes hacia sus respectivas causas. Sin embargo, la forma en que se presenta esta propaganda ha experimentado una transformación significativa a lo largo de los años. Hace décadas, la propaganda electoral se materializaba en carteles que desbordaban las calles, folletos que se distribuían en los buzones y pegatinas que se adherían a cualquier superficie disponible. El papel era el rey del medio propagandístico. Sin embargo, con la omnipresencia de internet, este panorama ha cambiado radicalmente.

En la actualidad, las redes sociales, páginas web y blogs son los nuevos campos de batalla de la propaganda política. El papel ha cedido su lugar a las pantallas digitales, y los partidos políticos compiten en ellas por la atención de los votantes. Este cambio de paradigma no solo refleja la evolución tecnológica de nuestra sociedad, sino también que los actores políticos se han adaptado al devenir de los tiempos.

Es importante reconocer el valor histórico y cultural de la propaganda electoral. Toda esa información visual, desde los antiguos carteles hasta los modernos memes, forma parte de nuestra memoria colectiva.

En Álava, contamos con instituciones dedicadas a preservar nuestro patrimonio documental. Entre ellas, la Fundación Sancho el Sabio sobresale en el campo electoral. Desde finales de los años setenta, esta institución ha recopilado una impresionante cantidad de materiales propagandísticos. Carteles, folletos, programas, papeletas electorales y una variedad de objetos de propaganda conforman un valioso fondo documental que ofrece una ventana única hacia el pasado político de Euskal Herria. Su compromiso con la conservación del patrimonio electoral nos recuerda la importancia de mirar hacia atrás mientras avanzamos hacia el futuro.

La Fundación Sancho el Sabio preserva nuestra memoria electoral, y no solo los documentos físicos, sino también los digitales. Desde el año 2019, colabora con el proyecto de Archivo Web de la Biblioteca Nacional, capturando y almacenando sitios web, blogs, redes sociales y otros recursos en línea relacionados con las campañas electorales vascas. La propaganda electoral, en todas sus manifestaciones, se convierte así en un testimonio de nuestro pasado político y cultural. La propaganda electoral puede haber mutado, pero su papel como reflejo de nuestra sociedad sigue siendo innegable.

A medida que nos preparamos para las elecciones vascas, recordemos que cada cartel, cada folleto y cada publicación en redes sociales, puede que acabe formando parte del archivo de la Fundación Sancho el Sabio.