Recientemente, en un reportaje de TVE, los telespectadores pudimos observar que en una comisaría canaria de la Policía Nacional tenían colgada una bandera con la Cruz de Borgoña, símbolo histórico del Carlismo. Desconozco la causa de esta peculiar escena, la cual me resultó desagradable, aunque por desgracia es habitual que esta bandera sea utilizada tanto por el Ejército español como por cualquier friki nostálgico del Imperio colonial de Felipe II.

Esta escena también molestó al grupo parlamentario de Sumar en el Congreso. Concretamente, el diputado Enrique Santiago, secretario general del Partido Comunista de España (PCE), exigió al Ministerio del Interior una depuración de responsabilidades, pero también definió esa bandera como “un símbolo de odio”.

En la época en que el Partido Carlista colaboraba con el PCE, primero en la antifranquista Junta Democrática de España y más tarde en la creación de Izquierda Unida, ningún dirigente del PCE calificó nunca nuestra bandera como un símbolo de odio. Pero no he escrito este artículo para hablar del pasado, sino para señalar que el Ministerio de Cultura, que encabeza un político de Sumar llamado Ernest Urtasun, ha colaborado hace escasas semanas con la extrema derecha sin que este hecho escandaloso haya generado ninguna reacción en el grupo parlamentario de Sumar. A pesar de la denuncia de colectivos antifascistas como Sare Antifaxista, los compañeros de Urtasun han preferido mirar para otro lado…

El 23 de enero, en el Museo Cerralbo de Madrid (un museo de titularidad estatal y gestión directa del Ministerio de Cultura), fue organizada, conjuntamente con el propio ministerio y el llamado Museo Carlista de Madrid, una mesa redonda-coloquio sobre la historia del Carlismo que contaba con Javier Urcelay como moderador y con Javier Pérez-Roldán como uno de los tres ponentes.

El Museo Carlista de Madrid no es otra cosa que la exposición de la colección privada de objetos históricos de Urcelay. Sobre el carácter ultraderechista de ese museo únicamente diré que en su página web se reivindica la figura de Luis Alfonso de Borbón como potencial pretendiente al trono español. De hecho, este príncipe ha visitado el museo en compañía de la dirección de la Fundación Nacional Francisco Franco.

Urcelay y Pérez-Roldán no son historiadores ni intelectuales de prestigio, sino dirigentes de la autodenominada Comunión Tradicionalista Carlista, así como destacados miembros de una red ultraderechista vinculada por diversos medios de comunicación con El Yunque.

Como supongo que no es necesario explicar qué es El Yunque ni cuáles son los vínculos de esta secta con Vox, no profundizaré en este asunto, sino que comentaré algunos datos significativos sobre Urcelay y Pérez-Roldán.

Urcelay, que en 1979 fue uno de los ponentes del abiertamente anticomunista I Congreso Internacional de Estudiantes Universitarios Católicos de México, ha sido relacionado con la introducción de El Yunque en la sociedad española durante la Transición.

Pérez-Roldán, que ha participado en actos de Vox y que se querelló en su día contra Rita Maestre, es el presidente del Centro Jurídico Tomas Moro y el abogado de Hazte Oír.

Concluyendo, un espacio público gestionado por el Ministerio de Cultura ha sido utilizado para blanquear y proporcionar una imagen de prestigio a dos activistas ultraderechistas que carecen de cualquier tipo de reconocimiento fuera del ámbito de Vox. No solamente se han saltado los mínimos cordones democráticos que deben de caracterizar a toda gestión gubernamental progresista, sino incluso los mínimos de calidad intelectual que deben de caracterizar a una institución del Gobierno de España.

Mientras tanto, en Nafarroa, en el Museo del Carlismo de Lizarra se viene aplicando una extraña doble vara de medir. Se han vetado propuestas de actividad, como por ejemplo la presentación de la tesis doctoral El carlismo militante (1965-1980) de Josep Miralles, que en su juventud fue represaliado por el franquismo, pero en cambio el último 29 de septiembre se celebró una conferencia de José Luis Agudín, colaborador de la revista digital Tradición Viva de la Comunión Tradicionalista Carlista. l

Secretario general federal del Partido Carlista