Un año ya desde que se nos fue Javier Abasolo y sigue presente en nuestra memoria literaria y en nuestros corazones. Lógico, cuando se trata de un autor que atrapaba a la vez con las historias de sus libros y con su humanidad de vasco comprometido con su tierra y con las escritoras y escritores que aquí vivimos.

Recuerdo, como si fuese ahora, la primera vez que me presentaron a Javi Abasolo, allá en la Feria del Libro de Bilbao, en años en los que yo solo era una treintañera donostiarra con vocación literaria y tenía bajo el brazo un primer poemario que presentar al público. Por ahí andaban también Juan Bas, Fernando Marías, Txani Rodríguez y Álex Oviedo, entre otros. Javi era el hombre de la sonrisa y la acogida, quien siempre estaba dispuesto a echar una mano, a hacer que te sintieras como en casa y a compartir su sabiduría, que en el caso de la novela negra escrita en Euskal Herria era amplia y solvente.

Si acudimos al Abasolo escritor, nos topamos con libros (Hollywood-Bilbao, Una tumba en Jerusalén, Antes de que todo se derrumbe, La luz muerta) que debemos leer o releer para apreciar de nuevo la importancia de este autor al que, bajo la coordinación de Álex Oviedo, se homenajeará el próximo 30 de mayo en la Biblioteca Foral de Bizkaia, a las 19:00 horas con Carmen Pardo.

Así mismo, tanto él como Fernando Marías, tuvieron un homenaje por parte de la Feria del Libro de Bilbao el año pasado. Ya solo queda que el Ayuntamiento que salga de las elecciones municipales de mayo conceda a la ciudadanía bilbaína –y vasca por extensión– sendas calles o espacios públicos (bibliotecas, centro cultural, parque o rotonda, por poner ejemplos) que lleven el nombre de estos escritores.

Ellos nos han dejado como legado novelas de gran trascendencia, relatos señeros y el aprendizaje de una literatura vasca que crece y se asienta con relevancia internacional, tal y como pudimos ver en octubre del 2022 en Fráncfort, bajo la marca de “Baske Books” y el apoyo de Gobierno Vasco, donde también estuvimos presentes las vasco-navarras, a falta de stand propio de la Comunidad Foral de Navarra. Sería interesante que Gobierno Vasco y Gobierno de Navarra se pusieran de acuerdo para que los autores/as pudiéramos concurrir juntos a este evento, siendo vascos y/o navarros, y teniendo dos idiomas en común. Seguro que a Javi le entusiasmaría la idea.

Siento que Abasolo está cerca de todas nosotras, que todavía nos mira con ese aliento motivador y humano de hombre bueno. Siento que no se ha ido, que permanece entre nosotros. Pero echo en falta el abrazo cálido de sus manos acercándose para darnos la bienvenida a Bilbao, a Euskadi, a la literatura, al mundo. Seguiremos recordándole y le dedicaremos los libros que el destino nos permita escribir.

Escritora