as encuestas vaticinan la recuperación política del PP en España. Habrá quien diga que las encuestas, encuestas son. Cierto. Y añadirá el manido soniquete de que la verdadera encuesta es la que se hace el día que depositamos el voto en la urna. También es verdad.

Claro, que, convendrán conmigo, en que son muchos los factores a tener en cuenta cuando la gente cambia una opción política por otra. Indiscutible, seguro, quienes están al frente de los partidos. La desaparición de Pablo Casado por un sólido Feijóo avalado por una gestión en Galicia durante décadas puntúa.

También contribuye, sin duda, la lamentable imagen que nos ofrece la parte contratante del actual ejecutivo, PSOE-Unidas Podemos, con enésimas contradicciones aireadas en público, regadas con el circo mediático-político del espionaje-contraespionaje de Pegasus, cuyo final está todavía sin terminar de escribirse. Una falta de seriedad ante la opinión pública que puede llevar a la ciudadanía a pensar cómo cuidarán de ellos quienes se suponen doctos, por lo menos, en la seguridad nacional. Y que, por lo visto, no lo son.

Me pasé la infancia disfrutando de los enredos de la T.I.A. (Técnicos de Investigación Aeroterráquea) con Mortadelo y Filemón como agentes estrellas en la lucha contra la delincuencia. Sin ánimo de que suene a chanza, veo un preocupante paralelismo con la imagen que España presenta en ocasiones ante la comunidad internacional y con que, lejos de sentir vergüenza, se saque pecho.

Así que imagino que Feijóo está de todo, menos nervioso. Sólo tiene que sentarse a esperar acontecimientos del adversario para ver cómo continúa en aumento su popularidad y recorta distancias para su llegada a la Moncloa con Vox chupando rueda. Los de Abascal bien podrían ser los miembros del T.I.O. (Troyanos Invictus Orbi), que sólo quieren que todo el mundo vaya a caballo y desaparezca cualquier otro modo de desplazamiento moderno.

Si Francisco Ibáñez hubiera creado a sus personajes a posta para reflejar parte de la clase política actual en España, no lo hubiera podido hacer mejor. l