Quien ha coleccionado cromos, por ejemplo de fútbol, sabrá lo complicado que era conseguir los de determinados jugadores, especialmente algunos fichajes de última hora. Era rarísimo que aparecieran en los sobres, en los que en cambio algún otro futbolista aparecía cada dos por tres, y a veces para conseguir uno de esos ejemplares había que intercambiarlo por un montón de cromos. O incluso pagar por él. Y buenas cantidades. Todo por completar el álbum.

Compraventa de cartas de Pokémon

Algo parecido pasa con las cartas de Pokémon, por las que se llegan a pagar elevadísimas sumas de dinero, porque también las hay con pokémons muy comunes y otros que parece que no aparecen nunca. Y, a diferencia de las colecciones de cromos de fútbol, que suelen centrarse en las Ligas de cada país, las de las cartas de Pokémon son universales. Así que hay todo un negocio de compraventa por el mundo.

Así se puede llegar a entender cómo un entusiasta de estas cartas decidió vender su colección a cambio nada menos que de 110.000 euros, aunque al final se pactó una rebaja para dejar el precio en 105.000 euros. Se trata de un joven austriaco de 28 años que viajó en avión hasta Turín para realizar la transacción una vez llegado a un acuerdo por la cantidad económica.

Intercambio de maletines

El hombre llevó las cartas bien protegidas en un maletín y quedó con el comprador, con el que se tomó un café en su piso turinés y mantuvieron un rato de conversación amigable y distendida. Se intercambiaron los maletines, ya que el comprador también llevaba el dinero en uno de ellos, pero el vendedor no comprobó los billetes que el comprador le había entregado hasta que volvió a la habitación de hotel que había reservado. Allí descubrió, para su desesperación y enfado, que le habían estafado: los billetes ya no es que fueran falsos, es que eran del popular juego de mesa de inversiones inmobiliarias Monopoly, con su símbolo impreso, y muy diferentes de los billetes de euro que se utilizan en ambos países.

El joven, que se quedó en estado de shock, interpuso una denuncia en la Policía de Turín. Los agentes investigan esta estafa y sospechan que quien está detrás de ella pueda ser un miembro de un clan especialista en estafas de esa zona de Italia, el Piamonte, que suele preferir a ancianos como víctimas. Este tipo de estafas son bastante habituales a través de internet, pero no suelen darse en transacciones en persona con dinero en efectivo, ya que son fáciles de detectar.