Que después de la tormenta siempre llega la calma es un refrán muy utilizado, pero es que esta tarde de lunes ha sido todo un acierto en Vitoria.
Tras más de una hora de fuertes tormentas en Álava, dejando importantes balsas de agua en calles y plazas, las lluvias han perdido intensidad sobre las 20.15 horas.
¿Y qué ha pasado después?
Pues que en pocos minutos el cielo de Vitoria ha ido adquiriendo un tono rojizo que ha dejado a cientos de vitorianos con la boca abierta por la espectacularidad del color.