No cabe duda de que la ducha es uno de los momentos más relajantes del día. Independientemente de la duración, es indescriptible esa sensación de limpieza y frescura que nos aporta. Sin embargo, conviene tener en cuenta una serie de recomendaciones para cuidar nuestra salud y evitar enfermedades o afecciones.

Pero, ¿cuál es la frecuencia que aconsejan los expertos? Aunque no hay reglas escritas que se apliquen a todos, la mayoría de los especialistas afirman que depende de la persona.

Aun así, la reconocida doctora en medicina Stephanie S. Gardner indica varios aspectos a tener en cuenta para que la ducha sea lo más eficaz posible.

Una mujer toma una relajante ducha Freepik

1. Cantidad

Para Stephanie S. Gardner, la cantidad es un punto importante a la hora de ducharse: “Muchos médicos aseguran que una ducha diaria es suficiente. Pero para muchas personas, dos o tres veces semanales basta y hasta mejor para mantener una buena salud”.

Además, según Gardner, hay otros factores: “Si tienes alergias o una piel grasa, puedes ducharte más a menudo. En cambio, para personas con ciertas afecciones cutáneas hay que reducirlas al mínimo”.

Una mujer moja un cristal empañado con la alcachofa de la ducha Freepik

2. Piel

Aunque el baño regular se considera saludable, hacerlo en exceso puede tener efectos contraproducentes. “Hay que ducharse lo suficiente para mantenerse limpio, pero sin resecar la piel”, subraya Gardner.

La especialista advierte sobre el estado de la capa protectora de la piel: “Si se limpia con demasiada frecuencia, sobre todo frotando mucho, puedes provocar dañar la piel, creando grietas por las que se cuelan gérmenes que provocan infecciones”.

Mujer usando un jabón mientras se ducha Freepik

3. Sistema inmunológico

Gardner señala que el sistema inmunológico también se beneficia de la exposición a gérmenes, incluidos los que habitan en la piel. Por lo tanto, ducharse en demasía puede evitar que el cuerpo produzca anticuerpos protectores contra dichos gérmenes.

Además, la experta recuerda que los jabones antibacterianos pueden interrumpir la protección bacteriana natural de la piel, haciéndola más vulnerable a las infecciones.

Una mujer debajo del chorro de la ducha Freepik

4. Frecuencia

Asimismo, ducharse con poca frecuencia no es recomendable, ya que puede provocar un olor corporal desagradable y problemas de salud y piel. “Puede que, al margen de nuestra imagen, nos dificulte en nuestras relaciones con los demás”, expresa Gardner.

Como consecuencia, pueden surgir problemas cutáneos y de salud. “La acumulación de grasa puede provocar la proliferación de las bacterias que causan el acné o contribuir a problemas cutáneos como la caspa”.

Un hombre se ducha. Freepik.

5. Duración y temperatura

Con respecto a la duración de las duchas, aconseja que sean de entre tres y cinco minutos, así como usar preferiblemente agua tibia para prevenir problemas cutáneos. “No es lo mismo un enjuague rápido diario que un baño en la bañera”.

“Concéntrate en las partes más importantes del cuerpo: axilas, ingles y cara. Y lavar el pelo de 2 a 3 veces por semana es suficiente para la mayoría de cabellos, aunque en el caso de los grasos se puede hacer en más ocasiones ”, cuenta la doctora.

Una mujer mayor recién salida de la ducha se mira en el espejo Freepik

Una vez hayas repasado todas estas indicaciones, tenlas en cuenta para tu próxima dicha. Seguramente lo agradecerás en el largo plazo.