Nueva decepción continental para el Baskonia en la visita al Maccabi de Tel Aviv en Belgrado (89-83). El equipo gasteiztarra mostró una mala imagen en defensa en la primera parte que le lastró para el resto del encuentro pese a una notable mejoría tras el paso por los vestuarios.

Los continuos rebotes extraviados y la acumulación de faltas personales en determinados jugadores, como por ejemplo los Diakite y Kurucs que llegaron a las cinco faltas, fueron los dos apartados en los que más sufrió el Baskonia durante todo el partido.

No estuvieron para nada acertados los pupilos de Paolo Galbiati en el cierre de su tablero, hecho que sin duda marcó el devenir de todo el encuentro. Los jugadores del Maccabi aprovecharon constantemente esta pasividad defensiva para hacer daño y mantener las ventajas en el electrónico durante toda la contienda.

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La primera mitad fue claramente para los locales, que encontraron una gran ventaja en las acciones bajo la canasta baskonista. Roman Sorkin y TJ Leaf fueron los grandes anotadores macabeos que motivaron la clara desventaja al descanso (53-43).

Ligera mejoría en el segundo acto

Tras el paso por los vestuarios, el Baskonia mostró una mejor imagen que la que había dado en los dos primeros cuartos. Tadas, que había estado desaparecido en los primeros 20 minutos, y un enérgico Kurucs en defensa, lograron elevar los ánimos de un Baskonia que se acercó considerablemente en el marcador durante el tercer acto.

Sin embargo, las imprecisiones a la hora de capturar los rebotes en defensa y la acumulación de faltas en Diakite, Kurucs, Diallo y Diop fueron un lastre que condicionaron las esperanzas del conjunto vitoriano, que nuevamente añoró la figura de un pívot bajo el aro. 

Los jugadores del Maccabi se mostraron muy superiores a los del Baskonia bajo el tablero. Y eso que Oded Kattash, el técnico del alicaído cuadro israelí, tampoco presume de la fortaleza de sus hombres altos durante esta temporada.

Kurucs fue el único que, por momentos, pudo aliviar las penurias en este apartado del juego que pide a gritos un refuerzo de las altas esferas tras la marcha de Samanic. El interior letón completó varias recuperaciones de mérito en defensa que llevaron al Baskonia a disputar los últimos minutos del choque con serias opciones de, como mínimo, forzar la prórroga. 

No obstante, el exjugador del UCAM Murcia contaba en el último cuarto con el mismo condicionante que Diakite: cuatro faltas personales. Ambos fueron sacrificados por Galbiati con la idea de que no viesen la quinta, pero en los instantes finales, ya a la desesperada, ambos jugadores tuvieron que enfilar el camino hacia el banco tras la quinta infracción. Eso sí, todo ello tras un arbitraje bastante sibilino que tampoco justifica la derrota en Belgrado.