El encuentro que enfrentará al Baskonia con el Granada este domingo a partir de las 18.00 horas en el Palacio Municipal de Deportes será uno más de un vertiginoso calendario para todos los miembros de la expedición excepto para uno. Pablo Pin, segundo entrenador de Paolo Galbiati y uno de los fichajes de la entidad gasteiztarra del pasado verano, vivirá un partido muy especial, ya que se reencontrará con el club de su vida.
El entrenador granadino de 42 años es la principal razón de que el Granada vaya a recibir al Baskonia en un encuentro de la ACB, ya que hace 13 años, cuando Pin fichó por el equipo de su ciudad, militaba en la quinta categoría del baloncesto estatal, Primera Nacional.
Un joven Pablo Pin, con 29 años, tomó las riendas de un equipo a la deriva en el baloncesto amateur y lo elevó a cotas inimaginables ejerciendo simultáneamente las funciones de entrenador y director deportivo. Con tres ascensos en seis temporadas, fue nombrado mejor entrenador de LEB Plata en el curso 2017-18 al ascender a LEB Oro y en el año 2022 hizo historia al lograr el perseguido ascenso a la ACB.
Con un presupuesto limitado, pero infinitamente más alto del que tenía a disposición cuando llegó al club en 2012, Pin mantuvo al equipo en la máxima categoría durante tres temporadas hasta que el curso pasado finalizó en puestos de descenso con 9 victorias y 25 derrotas.
EN LOS DESPACHOS
Más adelante el Granada se mantendría finalmente en la ACB tras no lograr el Betis los fondos necesarios para ascender, pero su decisión de no continuar en el proyecto estaba tomada de antemano. Tras 13 temporadas, 409 encuentros dirigidos y desavenencias con otros estamentos del club, Pin decidió emprender una nueva aventura lejos del equipo de su vida y se despidió mediante una carta de los seguidores granadinos, sin artificios.
Sin embargo, el destino ha querido brindarle la oportunidad de tener la despedida merecida en el Palacio Municipal de Deportes, su hogar durante 13 años. El club, de hecho, le tiene preparado un homenaje previo al inicio del encuentro en el que Pablo Pin volverá a estar por unos minutos en el centro de todos los focos antes de regresar a su trabajo a la sombra como mano derecha de Paolo Galbiati.
Sin la presión y la responsabilidad de cumplir dos labores simultáneamente y pelear año tras año por la permanencia, Pin sigue trabajando a destajo en Vitoria-Gasteiz para aportar su amplia experiencia en el baloncesto español a Paolo Galbiati y aprender lo que es competir en el siguiente escalón, la Euroliga. Algo de oxígeno antes de, quién sabe, afrontar un nuevo reto al frente de un banquillo. Con su historial, seguro que interesados no faltan.