El arranque de la nueva era del Baskonia con Paolo Galbiati en el banquillo ha estado marcado por los contrastes. Contrastes entre las decepciones de las derrotas en las canchas del Asvel y del Zaragoza con un juego muy pobre y el subidón del triunfo del pasado domingo en casa contra el Real Madrid; contrastes entre aspectos positivos del juego como la agresividad, la fluidez de balón y la alta anotación con aspectos negativos como el rebote, las pérdidas y los malos porcentajes en el triple; y contrastes entre aquellos jugadores que han empezado el curso lejos de su rendimiento esperado y los que han dado un paso al frente con el nuevo entrenador.

En ese segundo grupo se encuentra Timothé Luwawu-Cabarrot, una de las mejores noticias del comienzo del curso azulgrana. El alero francés, que recaló el pasado verano en el Baskonia, ha mostrado en los cinco compromisos iniciales del curso una regularidad con la que no contó la pasada temporada.

La calidad del jugador con pasado en la NBA es de sobra conocida en Vitoria-Gasteiz. Su elegancia en el lanzamiento desde todas las distancias y su capacidad para finalizar en penetración quedaron constatadas en su primer año como azulgrana, aunque aparecieron con cuentagotas. 

El ex del Asvel no terminó de convertirse en ese jugador diferencial y referente en ambos lados de la cancha que se presumía durante la pretemporada, pero este curso, tal vez ayudado por el ritmo de competición que le dio su participación en el Eurobasket, ha arrancado con una marcha más y con enorme confianza en su juego.

A pesar de haber sido titular únicamente en uno de los cinco encuentros disputados hasta el momento, está sobresaliendo entrando desde el banquillo. De hecho, es por ahora el jugador más utilizado por Paolo Galbiati con una media de 28 minutos por partido, seguido muy de cerca por Trent Forrest.

La respuesta del internacional galo a la confianza de su entrenador no podía haber sido mejor, ya que se ha erigido como el máximo anotador del equipo en ambas competiciones en este inicio de curso. 

En la ACB, donde el ejercicio pasado promedió 11,4 puntos, 2,8 rebotes, 1,8 asistencias y 9,2 créditos de valoración, ha elevado sus números hasta los 20,5 puntos, 5 rebotes, 2,5 asistencias y 19,5 créditos de valoración, mejorando además todos sus porcentajes de acierto.

En la Euroliga el paso al frente ha sido más notable si cabe, ya que los 10 puntos, 3,2 rebotes, 2 asistencias y 7,3 créditos de valoración se han convertido en 19 puntos, 3 rebotes, 1,7 asistencias y 18 créditos de valoración. A estas alturas de la temporada con tan pocas jornadas celebradas, sus fantásticos números podrían ser explicados con un único día de inspiración como los que tuvo en contadas ocasiones el curso pasado, pero llama la atención su gran regularidad.

En efecto, no ha bajado de los 16 puntos anotados en ninguno de los cinco compromisos disputados, en los que se ha movido siempre por encima de los 13 créditos de valoración y en porcentajes que han superado el 57% de acierto en tiros de dos y el 37% en triples.

Galones en los momentos calientes

Si hay algo que aún se puede pedir a esta estelar versión de Luwawu-Cabarrot es que sea más constante dentro de los propios encuentros, en los que encadena momentos de inspiración con tramos en los que desaparece del parqué. “En la primera parte estuvo horrible”, dijo Galbiati sobre su actuación ante el Real Madrid.

Eso sí, la aportación del francés resultó decisiva con los 17 puntos que anotó en la segunda mitad, todos ellos en momentos calientes del partido en los que a otros jugadores les quema el balón.

Mientras se espera a que Markus Howard, desconvocado ante el Madrid por decisión técnica, recupere su mejor versión, el equipo ha encontrado en Luwawu-Cabarrot a un desatascador capaz de solucionar posesiones trabadas con su talento en el uno contra uno, algo de lo que el Baskonia no va sobrado.

Será muy difícil que mantenga estos números a lo largo del curso, pero si encuentra esa regularidad anotadora que le faltó el año pasado y sigue con esta confianza en su juego ofensivo, será una fantástica noticia para el Baskonia. Sin esta aportación en ataque Luwawu-Cabarrot ya era un jugador muy útil por sus condiciones físicas y solidez defensiva, y ahora puede serlo aún más.

Teniendo en cuenta que el próximo verano finalizará el segundo de los dos años de contrato que firmó en 2024, a la dirección deportiva tal vez le convenga empezar a plantearse una renovación para evitar que uno de los referentes de este nuevo Baskonia se marche como agente libre sin dejar un euro en las arcas del club.