Con su correspondiente cuota de respeto arbitral en muchas ocasiones, como quedó patente una vez más en el primer asalto de cuartos de final entre el Baskonia y el Real Madrid, Walter Tavares es el pívot más dominador e influyente a este lado del Atlántico. Él solito se fue hasta los 16 puntos, 13 rebotes, 2 tapones y 7 faltas recibidas para un total de 35 de valoración.

Es decir, mejores números por sí solo que los tres cincos del Baskonia en su conjunto, lo que prueba su enorme ascendencia dentro de un Real Madrid que también tiene lugartenientes de lujo como Fernando o Ibaka a la hora de cubrirle las espaldas.

Sin embargo, hubo un momento en el partido del martes en el que el caboverdiano se sintió bastante incómodo, sobre todo en la vertiente defensiva donde domina con tanta claridad a sus pares gracias a un interminable envergadura. Fue en la recta final del segundo cuarto cuando Pablo Laso concedió la alternativa a Luka Samanic.

Diop y Hall, muy tiernos

El croata recogió el testigo de Diop, un visto y un visto debido a sus problemas con las faltas, y más tarde de Hall, que tampoco se dejó sentir en exceso en la pelea bajo los aros.

De hecho, el senegalés acabó con unos números paupérrimos (0 puntos y 2 rebotes en 10 minutos con valoración negativa); mientras que el azerbayano tampoco despuntó en exceso con 5 puntos y 6 rechaces pero, sobre todo, una respuesta física que estuvo bastante por debajo de lo esperado.

En los cinco minutos previos al intermedio, Samanic hizo daño en ataque al interminable gigante merengue siguiendo las consignas que le marcó Laso.

La táctica era bien conocida por todos: abrirse a muchos del aro merengue, sacar a poder ser a Tavares de su zona de influencia y buscar el tiro exterior o, en su defecto, castigarle con algún fuera-dentro pese a que el caboverdiano cuenta con un notable desplazamiento lateral.

Una táctica que, por ejemplo, Pedro Martínez también puso en práctica en la final liguera de la temporada 2017-18 con Voigtmann como encargado de llevarla a cabo.

Así llegaron siete puntos casi de una tacada de Samanic, que dejó la acción más espectacular de la noche tras un bloqueo y continuación con Forrest que le permitió hundir el balón con grandes dosis de potencia.

Apuesta con riesgo

La apuesta por Samanic como cinco también tiene sus dosis de riesgo. No en vano, el balcánico ha demostrado durante estos meses en Vitoria que sus prestaciones a nivel defensivo suelen ser escasas. No en vano, incurre en despistes sonados, le cuesta hacer ayudas, carece de una imponente presencia física pese a su paso por la NBA y los postes rivales le hacen recular hacia atrás con cierta facilidad.

De ahí que Laso deba limitar hasta cierto punto sus apariciones en esta posición porque, en ocasiones, lo que resta es mayor que lo que suma. Sin embargo, de cara al segundo partido de la eliminatoria convertido en un match ball por el Baskonia quizá pueda disponer de más protagonismo en algún momento de la velada.

Meter a Tavares en problemas de faltas es uno de los objetivos con los que parte cualquier rival del Real Madrid, pero lo cierto es que el caboverdiano no suele verse muy castigado en este sentido por la labor arbitral. Y las quejas de los aficionados del Baskonia han vuelto a recrudecerse en las últimas horas tras algunas acciones del partido inaugural.