Uno de los grandes peligros del Casademont Zaragoza es, sin duda, Marco Spissu, al que Pablo Laso elogió públicamente en la previa del partido ante el Zaragoza llegando a asegurar que, en compañía de Bell-Haynes, conforma una de las mejores parejas de bases de toda la ACB.

Al entrenador vitoriano no le falta razón, ya que el italiano está firmando una notable temporada al promediar 10,2 puntos, casi 2 rebotes y 4,5 asistencias en 23 minutos de juego. Sus porcentajes también son meritorios, en concreto más de un 57% de acierto en lanzamientos de dos y un 41% en triples.

Spissu ya es, a sus 30 años, un base zurdo bastante cerebral y con visión de juego que si no está compitiendo al más alto nivel en la Euroliga es básicamente por su falta de centímetros –apenas mide 1,84 metros– y un físico imponente.

Tras negociar con varios clubes españoles en el pasado, no fue hasta el pasado verano cuando Spissu recaló en un equipo ACB. Quien se decantó por darle una oportunidad fue el Zaragoza, después de que el Unicaja decidiera en 2021 no hacer efectivo su fichaje, presuntamente por no superar el reconocimiento médico.

Su nombre también estuvo ese mismo verano encima de la mesa del Baskonia para poder convertirse en el relevo de Luca Vildoza. Por entonces tenía solo 26 años y acababa de erigirse en una de las sensaciones de la Lega con el Dinamo Sassari, de donde también había llegado Achile Polonara a Vitoria.

Solo 90.000 euros de cláusula

Sin embargo, el ofrecimiento por parte de su agencia de representación no terminó de cuajar y en el Fernando Buesa Arena terminarían recalando Wade Baldwin IV y Jayson Granger a la hora de reforzar la dirección de juego.

Pese a que su cláusula de rescisión para romper su año de contrato en Italia ascendía a únicamente 90.000 euros, el Baskonia desestimó la posibilidad de contratarle. Y todo ello pese a que Alfredo Salazar había realizado un pormenorizado estudio de sus fortalezas.

A las órdenes del díscolo Gianmarco Pozzecco, creció de manera exponencial y clubes de Euroliga –tanto en España como en Europa– pusieron su foco sobre él. Sin embargo, Spissu únicamente salió de Italia para competir en el Unics Kazan, del que emigró por el conflicto bélico.

Tras la invasión rusa de Ucrania, el base dejó el equipo ruso a principios de 2022 y acabó recalando en el Reyer Venezia, donde coincidió precisamente con Granger.

Antes de explotar en el Dinamo Sassari, Spissu había sido cedido en varias ocasiones a equipos desconocidos de su país natal como el Sant’Orsola, el CUS Bari, el Casalpusterlengo, el Viola Reggio Calabria y el Derthola. En la campaña 2016-17 consiguió como integrante del Virtus Bolonia su gran éxito hasta la fecha al ganar la Copa y ser nombrado MVP de las finales.

Spissu es, además, un habitual en su selección. Ha participado en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 y en el Eurobasket 2022. En la Copa del Mundo celebrada en 2023 fue el base titular de la selección transalpina promediando 12,1 puntos, 3,5 rebotes y 5.1 asistencias por partido.

Su billete para la Olimpiada del pasado verano en París, sin embargo, pasó de largo en la semifinal del Preolímpico de Puerto Rico tras una clara derrota ante Lituania.