Ousmane Ndiaye es sin duda uno de los jugadores más prometedores que tiene el Baskonia en nómina en estos momentos. Su desempeño en el Palencia la pasada temporada, sumado al hecho de computar como cupo de formación en los partidos de ACB al poder estar vinculado al filial, le abrió las puertas al primer equipo el pasado verano a sus 20 años.

El ala-pívot de 2,11 metros comenzó el curso gozando de la confianza de Pablo Laso y siendo parte activa de su rotación. De hecho, el técnico gasteiztarra llegó a afirmar en una rueda de prensa que era su segundo cuatro de la plantilla únicamente por detrás de Chima Moneke.

Sin embargo, en lugar de haber aprovechado la oportunidad para ganar experiencia y crecer con el avance de la temporada, su protagonismo ha ido cayendo hasta el punto de ser actualmente el jugador número 14 de la rotación.

Su rendimiento no terminó de convencer al preparador vitoriano ni a la dirección deportiva, que optó por lanzarse al mercado en busca de un cuatro de mayores garantías que pudiera complementar a Moneke y que terminó siendo Luka Samanic.

Eso sí, antes del fichaje del croata Ndiaye ya había perdido mucho peso y Laso estaba optando antes por situar a Sedekerskis en el puesto de ala-pívot o estirar al máximo el minutaje de Moneke.

Casi tres meses en la sombra

El cambio en la jerarquía de Ousmane Ndiaye desde el comienzo de la temporada a la actualidad es evidente. Hasta el pasado 1 de diciembre, cuando el Baskonia sufrió un duro correctivo en casa contra el Valencia Basket al caer por 91-116, el interior senegalés había participado en un total de 16 partidos (6 de la ACB y 10 de la Euroliga) de 21 posibles entre las dos competiciones, en los que disputó una media de algo más de 10 minutos por encuentro.

Esas cifras quedan muy lejos ya para el canterano azulgrana, ya que desde aquel duelo contra el Valencia Basket sólo ha disputado cinco minutos en la visita al Panathinaikos el 19 de diciembre, algo más de siete en la visita a la Virtus Bolonia el 10 de enero y seis en la visita al Girona en la ACB el 12 de enero, compromisos todos ellos saldados con derrota baskonista. De hecho, la afición vitoriana lleva sin ver a Ousmane Ndiaye jugar en el Buesa Arena casi tres meses.

Ndiaye intenta avanzar ante la oposición de Musa. Alex Larretxi

El balance para el ala-pívot africano en los últimos 25 partidos oficiales del Baskonia es de un total de 19 minutos repartidos en únicamente tres encuentros. El cambio de tendencia es evidente, con únicamente dos participaciones desde el fichaje de Samanic a pesar de la lesión de Sedekerskis.

De hecho, Pavel Savkov, que partía a principios del curso como último hombre de la rotación, acumula más minutaje que él desde el choque contra el Valencia Basket con un total de 20 minutos en 4 partidos a pesar de que la competencia en su puesto es mayor. 

El sorpaso del alero ruso a Ndiaye quedó confirmado en la última cita europea del Baskonia ante el Maccabi, cuando Laso optó por convocar a Savkov y dejar al senegalés en la grada cuando en contextos similares había tomado la decisión opuesta anteriormente.

Oportunidad en Rabat

En este contexto tan complicado para Ndiaye han llegado las ventanas FIBA, en las que el interior azulgrana tendrá la oportunidad de contar con minutos con la selección de Senegal y recuperar el ritmo competitivo que ha perdido los últimos meses. 

Entre los internacionales baskonistas es el que tendrá más oportunidades de saltar a la cancha, ya que su selección disputará en Rabat (Marruecos) tres encuentros clasificatorios para el Afrobasket 2025.

Ndiaye, durante un encuentro con Senegal. FIBA

En primer lugar, se medirá a Ruanda este viernes a las 15.00 horas, después, será el turno de Gabón el sábado a las 12.00 horas y por último, el domingo a las 15.00 horas, se verá las caras con Camerún, el rival más exigente de los tres. 

En la ida de la fase de grupos, Senegal se impuso con comodidad a Ruanda (81-59) y a Gabón (58-101), por lo que deberían ser sobre el papel partidos asequibles para que Ndiaye pueda mostrar sus credenciales. Camerún sí que le puso en más aprietos (87-83).

Será una buena oportunidad para que el azulgrana recupere confianza, intente demostrar que puede tener un hueco en el Baskonia y, por otro lado, consiga ganarse la confianza del seleccionador de cara a entrar en la convocatoria definitiva para el Afrobasket en verano. Seguro que desde Vitoria prestan atención a las actuaciones del joven ala-pívot de 20 años.