En el deporte profesional, la victoria es sinónimo de éxito y, como es lógico, tanto los mandatarios de los clubes como los propios aficionados desean que sus equipos logren imponer su jerarquía en sus respectivos campeonatos. 

Sin embargo, en la Copa del Rey de la ACB, esa barrera de lo estrictamente competitivo ha logrado traspasarse gracias, en buena medida, a las aficiones. Lógicamente, todo el mundo desea que el equipo de sus amores gane el torneo del ko, pero más allá de lo puramente deportivo, los seguidores han convertido esos cuatro días en una fiesta del baloncesto de todos y para todos.

Desde hace ya unas ediciones, todo lo que rodea a la Copa del Rey con sus diferentes actividades ha adquirido un mayor auge con el fin de que el evento no solo sean siete partidos de baloncesto, sino también un punto de encuentro para las ocho aficiones. Es más, a día de hoy y sin importar cuál sea la sede, es habitual vislumbrar a seguidores ataviados con las camisetas de muchos equipos, y no solo de los ocho que participan en el campeonato. 

“Estos días son momentos de reencuentros con amigos de muchos años”, recuerda Zuriñe Fuentes, quien vivirá desde este jueves en Las Palmas su Copa número 22.

Zuriñe Fuentes: “El ambiente que rodea a la Copa mejora cada año; son días increíbles que no se pueden describir”

“El torneo ha tenido una evolución muy bonita y el ambiente que rodea el evento mejora cada año. Son unos días increíbles que no se pueden describir, es decir hay que vivirlos”, añade esta seguidora baskonista.

Algo que corrobora Xabier Pascual, músico de la fanfarre Biotzatarrak y otro aficionado azulgrana de toda la vida. “Desde el 94 llevo viviendo las Copas y la verdad es que todos los años hacemos amigos. Además, con la fanfarre es fácil conocer gente que luego se convierten en colegas y les vas viendo de año en año”.

En ese sentido, Xabier también bromea con que “son días que vienen bien para salir del mal tiempo de Vitoria y buscar algo de sol y calor. Todo lo que sea pasar el famoso túnel de Burgos y ver la luz es maravilloso”. Ambos protagonistas se sienten felices por “tener amigos de muchos lugares, como de Madrid, Bilbao, Badalona, Menorca, Valencia y un largo etcétera”.

Un ambiente único

Igual que sucede en el deporte, la cantera viene pisando fuerte. Y es que ese ambiente único que genera la Copa del Rey atrae a los más jóvenes. “Empezamos a ir al evento porque habíamos oído que era un encuentro muy especial y que había buen ambiente”, subraya Naomí Pérez de Eulate

Xabier Pascual: “Añadir la fiesta a mis dos grandes aficiones, el baloncesto y la música, es un cóctel imbatible”

Amaia Laño, por su parte, sostiene que “somos fieles seguidoras del basket, no todo es fiesta. Pero probamos una edición y desde entonces ya no fallamos. En total llevamos tres Copas y todavía nos quedan muchas más por disfrutar”. 

En el caso de Andrea Nieto, saxofonista de la fanfarre y quien vivirá su novena edición, también arde en deseos de llegar a tierras insulares. “Por mucho que escuchara historias de mis compañeros, hasta que no lo viví, no supe lo qué es exactamente. Yo ya tengo amigos que veo en estas fechas y que mantenemos el contacto durante el resto del año; hace mucha ilusión encontrarnos de nuevo”, admite.

Ambos músicos aclaran que aunque siempre quieren que su equipo gane, hay que aceptar que la Copa puede ser efímera en caso de una eliminación prematura y hay que aprender a convivir con ello. “Una edición en Málaga por motivos laborales llegué el viernes y cuando justo accedí al pabellón ya habíamos perdido”, rememora Xabi. Andrea recuerda el año de Badalona cuando el Baskonia se las prometía muy felices con Joan Peñarroya en el banquillo. “Nada más aterrizar fui al pabellón, el equipo empezó su partido y perdió”.

Ambos reviven esas vivencias entre risas y tienen claro que “aunque duela, las derrotas te enseñan a vivir también el ambiente de la Copa y a disfrutar del fin de semana en la ciudad que se celebra; algo que solemos aprovechar para hacer turismo”.

La verdad es que resulta indiferente que un aficionado lleve 29 ediciones o tan solo tres a sus espaldas porque el resumen de todos ellos es el mismo. “La Copa significa apoyar al equipo, encontrarte con amigos, conocer a gente de otras aficiones, reencontrarte con seguidores/as que has conocido en ediciones anteriores”, subraya Naomí. 

“Para la gente que amamos este deporte es un encuentro que te da pie a disfrutar al máximo la tensión de los partidos. El ambiente y la magia que generamos todas las aficiones es único, y aunque seamos de distintos puntos del país, esos días todo el mundo es un equipo”, puntualiza Amaia.

Andrea Nieto: “No supe qué es la Copa del Rey hasta que no viví en persona las historias de mis compañeros”

Anécdotas

Lógicamente, anécdotas hay muchas y a medida que transcurren los años, todavía más. Por ejemplo, Xabi recuerda algunas acaecidas en las primeras ediciones de Sevilla y Granada como las conversaciones con el malogrado Manel Comas o Marcelo Nicola o en diferentes Finales a Cuatro de la Euroliga en Praga, Atenas o Moscú. 

Sin embargo, este fiel baskonista se queda con una anécdota del 2015. “En Canarias teníamos ya el viaje cogido con las entradas y finalmente el Baskonia no se clasificó. A pesar de ello, varios integrantes de la fanfarre decidimos llevar instrumentos y se los pasamos allí a algunos amigos. La respuesta de la gente fue mágica e increíble. En total seríamos unos 600 baskonistas, la segunda afición más numerosa, y todos los periódicos titularon al día siguiente: 8 equipos y 9 aficiones”, evoca. 

Por tanto, se avecinan días para disfrutar tanto dentro como fuera de la pista, algo que Zuriñe tiene muy claro. “Mis mejores amigos son gracias a la Copa del Rey. Nos conocimos en la Final Four de Berlín y desde entonces hemos ido creciendo y adquiriendo vivencias juntos para convertirnos en una familia”.

Algo parecido le sucedió a Andrea. “Conocí a mi actual pareja en la Copa de Madrid y ahora estoy prometida con él, y es como que le debo dar las gracias al baloncesto, a la Copa y al Baskonia”, enfatiza. 

Las más jóvenes, Naomí y Amaia, aseguran que “las vivencias de la Copa hay que recordarlos durante todo el año” y aluden incluso a un símil deportivo para explicar lo que significa este torneo. “Imagínate lo que dan de sí cuatro días de celebración entre amigas en una ciudad ajena. Obviamente nuestro lema es, lo que pasa en la Copa, se queda en la Copa”. 

Ocho equipos, muchas aficiones

A pesar de tener muchas ediciones a sus espaldas, a Xabi le continúa sorprendiendo “el poder mezclar a tantas aficiones de diferentes equipos. Eso en otros deportes es muy difícil y eso hace que el baloncesto sea maravilloso. Además, desde hace años ya se ven más de 10 camisetas diferentes en la sede”. 

Por ejemplo, añaden los miembros de la fanfarre, “lo que antes era la kalejira baskonista y ahora es el encuentro de aficiones, nosotros vamos alegrando el ambiente para que todos podamos disfrutar”.

Naomi Pérez de Eulate y Amaia Laño: “La magia que generamos todas las aficiones es única; todo el mundo es un equipo estos días” Pilar Barco

Andrea y Xabi reconocen abiertamente que “últimamente no solemos entrar al estadio, pero sí nos acercamos a la Fan Zone para dar ambiente a las diferentes actividades que hay con aficionados y jugadores”. En el caso de Andrea, admite que el año pasado “sí que entré para ver la final porque el baloncesto me encanta y aunque no esté el Baskonia, me gusta acceder a ver algún encuentro”.

Naomí y Amaia relatan que “una de las cosas que más nos emociona es ver cómo, aún no clasificándose el Baskonia, las calles de cada ciudad donde se celebra el evento siempre están llenas de color azulgrana en las que se escuchan los cánticos de apoyo hacia el equipo. Y eso es en parte gracias a la txaranga Biotzatarrak, que no se pierde una, y todos juntos apoyamos a este gran club que ha tenido una gran trayectoria durante la historia”. La experiencia de Zuriñe le permite asegurar que “el Baskonia no estará de cuerpo presente, pero los/as gasteiztarras le llevamos en la mente y en el corazón, y eso nos hace ser diferentes y especiales”.

Queda claro que la Copa del Rey trasciende de lo meramente deportivo desde hace años con el fin de que el evento, además de ponerse en juego el segundo título de la temporada tras la Supercopa, constituya una fiesta para los aficionados. Todos ellos, especialmente los baskonistas, hacen que sea un torneo único e inigualable.