Chima Moneke lleva mucho tiempo mirado con lupa por el entorno del Baskonia.
Muchos aficionados azulgranas fueron partidarios incluso de su marcha el pasado verano después de que el ala-pívot nigeriano se dejara querer por otros clubes –léase el Partizan– en varias entrevistas o en sus vídeos a través de las redes sociales. Por ejemplo, se le achaca que no es un jugador de equipo o su deseo de mirar por su propia estadística en detrimento del bien general.
Queda claro que su lectura del juego, en ocasiones, no es la ideal y que su actividad defensiva también deja que desear en muchos momentos, pero con todos sus defectos se ha convertido en una figura de la que difícilmente Pablo Laso puede prescindir hoy en día.
Y así lo puso de manifiesto este domingo en el derbi vasco de Miribilla, donde su figura se agigantó en el último cuarto para brindar la energía y el oxígeno que se estaban echando de menos en las filas azulgranas. De no ser por él, otro gallo habría cantado ante un Bilbao Basket que se lanzó a la yugular de los alaveses en el último cuarto y se quedó a las puertas de remontar los 15 puntos de ventaja que el Baskonia adquirió previamente.
Cuando el equipo vitoriano languidecía poco a poco y amenazaba con ver reproducidas las pesadillas de aquel fatídico desenlace acaecido semanas atrás en el Príncipe Felipe de Zaragoza, Moneke acudió al rescate de los suyos con siete puntos consecutivos que sofocaron el incendio.
Primero embocó un triple sobre el final de la posesión con falta de su par, aunque se le resistió el tiro libre adicional. En el siguiente ataque anotó una canasta a aro pasado que volvió a silenciar Miribilla y, para rematar la faena, firmó un mate en transición tras recibir una asistencia de Tadas.
34 de valoración
El nigeriano evidenció un día más que tiene piernas suficientes como para soportar el infernal ritmo de partidos que le toca vivir al Baskonia.
Y es que, por enésima ocasión, estuvo solo en un puesto de 'cuatro' donde Laso volvió a prescindir de Ndiaye. Durante los escasos minutos de Moneke en el banquillo, fue Sedekerskis quien le suplió porque el senegalés sigue quedando fuera de los planes del entrenador vitoriano.
Los números del ex del Manresa, que también estuvo comprometido en las facetas menos vistosas ante el Bilbao Basket, fueron espectaculares. En casi 30 minutos de juego se fue a los 34 créditos de valoración tras aportar 24 puntos, 8 rebotes, 4 asistencias, un robo y 7 faltas recibidas.
Tan solo falló tres de sus 10 tiros de campo y un tiro libre, precisamente el último que lanzó tras ese balsámico triple que revivió a un Baskonia sobre el alambre.
Y todo ello sin ofrecer síntomas de desgaste en una semana extenuante donde ya había tirado del carro de manera magnífica siendo el jugador que sostuvo al equipo alavés ante el Fenerbahce y el Bayern Munich.