Con la lesión de una pieza importante del esquema de Pablo Laso como es Luwawu-Cabarrot, que según el técnico será baja como mínimo dos o tres semanas por una rotura en el gemelo –lo cual, con el calendario actual, se traduce en entre 7 y 10 partidos–, al Baskonia le va a tocar reinventarse para que la ausencia del alero galo se note lo menos posible.

El ex del Asvel no se había perdido ningún encuentro hasta ahora, ni siquiera con el nacimiento de su hijo, y el pasado jueves en cancha del Zalgiris Pablo Laso tuvo que lidiar con una rotación sin su tercer jugador más utilizado en Euroliga por primera vez.

En este contexto, el preparador azulgrana apostó por un recurso que apunta a ser muy socorrido en las próximas jornadas al juntar a dos de sus bases en la cuerda exterior. Durante los 19 minutos en los que Howard estuvo en el banquillo, fue uno de los tres bases, principalmente Kamar Baldwin, quien ejerció de escolta con excelentes resultados.

Entre Forrest, Baldwin y Jaramaz disputaron un total de 59 minutos, siendo la dupla formada por los primeros dos la que mejor funcionó con diferencia teniendo en cuenta que la aportación del serbio fue muy escasa durante los apenas tres minutos que estuvo sobre el parqué.

Los dos estadounidenses han tenido pocas oportunidades de compartir cancha este curso por el hecho de que Howard y Luwawu-Cabarrot hayan sido los principales escoltas del equipo y por la limitación de extracomunitarios en la ACB, algo que ya no será un problema al haber conseguido Kamar Baldwin el pasaporte georgiano en las pasadas ventanas FIBA.

Él y Forrest se entendieron bien en la cuerda exterior y comandaron la remontada del Baskonia con ese impresionante parcial de 13-42 con el que se cerró el encuentro. Con los dos al timón durante esos arrolladores 14 minutos de los azulgranas tras el 57-41 con el que el partido parecía perdido, el cuadro de Pablo Laso ganó consistencia defensiva y sobre todo fluidez en ataque, optando en unas ocasiones por la verticalidad de Baldwin y su capacidad de crear espacios en el uno contra uno y en otras por la paciencia y el ritmo más pausado de un Forrest más cerebral. 

Howard, aún desquiciado

Los dos bases estadounidenses deberán seguir trabajando su conexión, ya que todo apunta a que en las próximas citas van a seguir compartiendo muchos minutos en la cancha y que su asociación va a ser la alternativa predilecta para Pablo Laso.

Hasta ahora, el técnico gasteiztarra había cubierto los minutos de banquillo de Howard colocando a Luwawu-Cabarrot en el puesto de escolta, algo que dotaba al quinteto de mayor poderío físico, centímetros y empaque defensivo. De hecho, el quinteto formado por Forrest, Luwawu-Cabarrot, Sedekerskis, Moneke y Hall ha sido uno de los más utilizados hasta ahora por su capacidad para realizar cambios automáticos en defensa y su enorme poderío físico.

Juntando a dos de sus tres bases en lugar del alero francés, el Baskonia pierde ese poderío físico que tenía con el francés, pero con un quinteto pequeño gana a cambio en fluidez y creatividad ofensiva, uno de los principales problemas del equipo esta temporada. La versatilidad defensiva de Forrest, capaz de defender a jugadores de diferentes alturas –ante el Zalgiris se ocupó del escolta Lonnie Walker– y la vertiente más anotadora y tiradora de Baldwin hacen que su pareja sea la más equilibrada, aunque la aportación de Jaramaz será también importante para no cargar en exceso a los estadounidenses, pues Forrest superó los 32 minutos en Kaunas.

Además, a la necesidad generada por la lesión de Luwawu-Cabarrot hay que sumarle la mala racha por la que pasa Markus Howard, que esta temporada, en la que estaba llamado a ser clave tras ser el máximo anotador de Europa el curso pasado, está lejos de sus registros habituales.

Ante el Zalgiris, el prolífico anotador azulgrana estuvo bien en las penetraciones a canasta e incluso repartió tres asistencias, pero registró un tétrico 0/7 desde el triple, su principal arma ofensiva. Sus números son aún más preocupantes si se echa la vista atrás, ya que en los últimos cuatro encuentros de Euroliga suma un sorprendente 0/21 desde el perímetro tras su 0/4 ante el Efes, 0/5 ante el Mónaco y 0/5 ante el Olympiacos.

El escolta de Nueva Jersey no termina de sentirse cómodo ya sea por falta de confianza o porque no encuentra su espacio en el esquema de Pablo Laso, por lo que, a la espera de que se reencuentre con su mejor versión, el recurso de juntar a dos bases se vuelve aún más necesario.

Savkov y Raieste, que son dos jugadores que podrían ocupar ese puesto de escolta, no están contando apenas con minutos y oportunidades, por lo que salvo en algún momento puntual es improbable que el técnico vitoriano recurra a esta alternativa. En definitiva, habrá que acostumbrarse a ver dos bases juntos durante tramos importantes de los próximos encuentros, algo que, si sigue dando los buenos frutos que dio ante el Zalgiris, tal vez se mantenga incluso cuando Luwawu-Cabarrot regrese a la acción.