La herida del Baskonia se hace aún más grande tras caer en Zaragoza
Un nefasto parcial de 31-19 en un último cuarto nefasto priva al conjunto azulgrana de una victoria ante los de Fisac, que llegaban con la gasolina justa tras jugar el viernes
No hay manera. La herida del Baskonia se hace aún más grande. Una hemorragia de considerables dimensiones tras perder un partido ante un Zaragoza que venía con la gasolina justa tras jugar el viernes contra el Valencia. Ni así. La crisis azulgrana se agudiza.
Una victoria en los últimos siete partidos deja al conjunto gasteiztarra muy, muy tocado. Más tras la forma en la que cayó ante el conjunto maño. Y es que los de Laso dejaron escapar rentas de hasta 14 puntos y varias de 11 en un último cuarto en el que tenía el partido controlado.
Un parcial de ¡31-19! en esos diez minutos finales alargaron la pésima racha azulgrana. Preocupante. Y es que en esa recta final salieron a relucir una vez más todos los males que asolan al Baskonia durante esta temporada.
Problemas para defender a los pívots en la pintura, tiros liberados del rival por las desconexiones atrás, muchas pérdidas -18- fruto de las precipitaciones y en ataque de nuevo sin jugar a nada.
Se dejó de jugar al final
De nuevo faltó la generación de los bases, se recurrió a las individualidades y cada uno empezó a hacer la guerra por su cuenta, lo que provocó que todo el trabajo hecho anteriormente se fuera al traste y se saliera derrotado del Príncipe Felipe.
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Y eso que esta vez la puesta en escena fue más que notable. El Baskonia consiguió en un visto y no visto una renta de 8 puntos (2-10) gracias a su acierto en el tiro exterior y su mayor intensidad defensiva.
En solo dos minutos, los de Laso desarbolaron al Zaragoza con dos triples, uno a cargo de Moneke y otro de Cabarrot, un lanzamiento lejano de Forrest y dos tiros libres de Hall. Múltiples peligros. Un Baskonia muy distinto al visto el jueves ante el Mónaco.
Equipo con garra y fluido
Un equipo con alma, carácter y que esta vez sí que jugaba fluido en ataque. Tan solo alguna que otra inocente pérdida privaba al Baskonia de una renta mayor. De hecho, el acierto exterior (6/8) en triples en el primer cuarto, permitió al conjunto azulgrana amasar una renta de 14 puntos en el minuto 9 (12-26).
Notable en defensa y letal en ataque. Un Baskonia con espíritu, en el que sus dos directores de juego, primero Forrest y después Jaramaz, conseguían hacer jugar al equipo.
Miedos a la luz en el Baskonia
Esta vez sin abusar del bote, los dos bases azulgranas movieron rápido el balón y conseguían generar el juego que se espera de ellos. Rápidos y precisos buscando la mejor opción para hacer daño por dentro y por fuera.
Un equipo coral en el que todos tenían su cota de participación y hacían daño. Sin noticias, para bien, de ese equipo que sin alma que causó sonrojo ante el Mónaco el jueves. Eso sí, al igual que en todo lo que va de temporada, el Baskonia sufrió un ligero apagón. Sigue sin poder mantener una intensidad y una línea estable de juego durante muchas fases de partido.
Un parcial de 19-5
El bajón azulgrana en el segundo cuarto lo aprovechó el Zaragoza para lograr un parcial de 19-5 y acercarse de forma peligrosa (31-33) en el minuto 15. Mencía, por dentro y Bell-Haynes por fuera hacían mucho daño a un Baskonia, que seguía regalando demasiados balones, ocho para esas alturas de partido.
Pese a sus pérdidas y su mal día en el tiro libre –2/7 firmaba el Baskonia en el minuto 15–, el buen hacer atrás permitió al Baskonia tener controlado a su rival.
Un equipo generoso en el esfuerzo, atento a las ayudas y rápido de manos, conseguía escaparse de nuevo con un parcial de 0-6 en dos minutos (31-39). La actividad defensiva estaba dando sus frutos. El Baskonia podía correr y jugar a campo abierto como le gusta. Esta vez sí que pudo meter esa marcha de más y hacer daño a su rival en transición. Rápido, veloz y efectivo.
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Sin embargo, otro pequeño cortocircuito permitió acercarse de nuevo al conjunto maño. Despistes defensivos, tres nuevas pérdidas en solo dos minutos -¡acabó con 11 el Baskonia al descanso!- y varios ataques mal ejecutados dieron nuevo vida a un Zaragoza que no dejaba de hacer la goma.
Daba la sensación de que el conjunto gasteiztarra podría tener el partido encarrilado al descanso, pero por culpa de esas pequeñas imprecisiones veía aún por el retrovisor a los de Fisac al término de los dos primeros cuartos (38-43).
Estaba abierto. Todo por decidir, pero con la sensación de que si el Baskonia, que firmaba un espectacular 7/10 (70% en triples) al descanso, seguía con esa intensidad, limitaba sus errores y se mostraba algo más consistente, tendría muchas opciones de llevarse el partido.
Ello le permitió al Baskonia alcanzar los 11 puntos de renta en ese tercer parcial en el que la aparición de Luwawu-Cabarrot, autor de seis puntos seguidos, permitió mitigar el buen hacer de Yusta, que con sus nueve puntos seguidos, permitía al Zaragoza seguir metido en un partido, del que el Baskonia era cada vez más dueño y señor y al que tan solo le faltaba poner la puntilla.
Su circulación de balón, la capacidad de penetrar y hacer daño a través de su verticalidad, bien anotando o doblando el balón a los pívots para que anotasen de cerca, o a los exteriores para que lo hicieran de tres, daba al Baskonia un cómodo colchón con el que afrontar el último cuarto (55-66).
El apagón final
Pues bien, la renta se vino abajo otra vez en un santiamén. El enésimo cortocircuito azulgrana permitió al Zaragoza lograr un parcial de 6-0 en minuto y medio, con el que meter de nuevo el miedo en el cuerpo al Baskonia.
Tocaría remar y sufrir hasta el final. Mucho además. Sudores fríos cuando Slaugther metía un triple que dejaba el marcador en 70-71 tras un parcial de 15-5 con más de 6 minutos por delante. Temblores tras el quinto triple de cinco intentos que anotaba Dubljevic y ponía al Zaragoza por delante 73-71 a falta de cinco minutos.
El Baskonia había dejado de jugar. La historia se repetía. No se movía el balón, las pérdidas se sucedían y cada uno hacía la guerra por su cuenta.
Demasiadas individualidades una vez más lastraban al conjunto gasteiztarra, que se condenó por sus errores a un final de infarto –75-77 a 3:17 del final–. Pues bien, en un desenlace a cara o cruz, de nuevo el Baskonia, que vio cómo Howard fallaba un triple liberado que hubiese puesto el 82-83 a falta de 33 segundos, no acertó otra vez más en su toma de decisiones y encajó una nueva y muy dolorosa derrota. Otra más. La herida es más grande aún.