Cuando un equipo cuenta en nómina con un jugador tan especial como Markus Howard, máximo anotador de la Euroliga la pasada temporada y uno de los mayores talentos del baloncesto europeo, su figura condiciona irremediablemente la conformación de la plantilla.
Ese es el caso del Baskonia, que puso la primera piedra del nuevo proyecto al término de la pasada temporada al cerrar la renovación de su principal estrella hasta 2028 y ha tenido margen para planificar el verano y construir el equipo alrededor del escolta norteamericano.
En ese sentido, las incorporaciones que ha cerrado hasta ahora la entidad de Zurbano son, sobre el papel, excelentes complementos para Markus Howard, especialmente Timothé Luwawu-Cabarrot y Donta Hall, los dos últimos en llegar.
Espaldas cubiertas
Howard es un jugador con una muñeca privilegiada desde la línea de 6,75 metros y con un talento innato para superar rivales mediante el bote y terminar acciones bajo el aro, pero la defensa, pese a su mejoría el curso pasado al ganar algo de músculo y reducir la cantidad de faltas cometidas, nunca ha sido su fuerte.
Ahí es donde entran dos perros de presa como Luwawu-Cabarrot y Hall, un alero y un pívot muy físicos que no tienen inconveniente en ponerse el mono de trabajo en tareas defensivas. El galo ya ha ejercido ese rol en la NBA, donde gracias a sus 2,01 metros de altura, su envergadura y su versatilidad a la hora de contener a jugadores de diferentes posiciones consiguió contar con una importante cuota de minutos.
Cuando coincida con Howard en pista será presumiblemente el encargado de defender a la principal amenaza exterior del conjunto rival mientras el estadounidense se encarga de un jugador menos exigente. También podría directamente ocupar la posición de Howard en un quinteto más físico cuando lo que prime sea mantener el resultado o cortar el ritmo anotador del oponente.
Hall, por su parte, es un pívot muy atlético de un perfil que ha echado en falta el Baskonia en los últimos años. Un intimidador con auténticos muelles en sus piernas cuya misión será proteger el aro y ejercer como segundo muro de contención cuando bien Howard u otro compañero sea superado por un rival, virtud con la que no contaban Kotsar y Costello. Además, también puede hacer un buen papel defendiendo a jugadores más pequeños en los cambios automáticos.
Khalifa Diop es otro jugador con potencial y físico para poder ejercer esta función, pero necesita dar un paso al frente esta campaña tras una decepcionante temporada de estreno como azulgrana, mientras que Sedekerskis ya ha demostrado su fortaleza defensiva y lo bien que se complementa con Howard.
Buen encaje en ataque
Luwawu-Cabarrot y Hall deberán estar preparados para trabajar duro en defensa, pero también deberán encontrar su hueco en cancha rival, responsabilidad que recaerá en parte en la pizarra del técnico Pablo Laso. La buena noticia es que compartir el balón no será un problema.
Al contrario de lo que sucede con perfiles como Chima Moneke, al que le gusta tener el balón en sus manos, o el curso pasado con Miller-McIntyre, Luwawu-Cabarrot y Hall no son jugadores que abusen del bote, todo lo contrario. El alero francés acostumbra a esperar detrás de la línea de tres puntos o en la esquina para, una vez le llega el balón y si se ve con ventaja, lanzar o realizar una de sus potentes penetraciones al aro.
Menos aún necesita el balón Hall, ya que la mayoría de sus puntos llegan sin necesidad de recurrir al bote, tras rebote ofensivo o en continuaciones tras bloqueo. Es un especialista en jugar por encima del aro y su capacidad reboteadora facilitará que sus compañeros tengan segundas oportunidades.
Estos atributos, evidentemente, no se aplican al otro fichaje azulgrana, Kamar Baldwin, que sí que es un perfil similar al de Howard –de hecho, vivieron numerosos duelos individuales durante su etapa universitaria–, de vocación ofensiva y al que le gusta tener el balón en sus manos. Podría ejercer su rol durante los minutos en los que el escolta de Nueva Jersey esté en el banquillo, mientras que cuando coincidan en la cancha el equipo tendrá mucha dinamita exterior, pero el resto de compañeros deberá redoblar sus esfuerzos. Lo que está claro es que con Luwawu-Cabarrot y Hall el Baskonia ha ganado en músculo.