Para el Baskonia y sus aficionados, quedarse fuera de una competición fetiche y de visita obligada como la Copa del Rey fue un gran fracaso. El conjunto gasteiztarra será el gran ausente del torneo que se disputa esta semana en Málaga, pero dentro de la decepción que supondrá no poder ver a los azulgranas compitiendo por el título copero, este descanso puede resultar una bendición para una plantilla que llegó al duelo del pasado domingo contra el Joventut con el depósito en reserva.

Los hombres de Dusko Ivanovic, por caprichos del calendario, afrontan ahora un parón de 18 días sin competir a causa de su ausencia en la Copa del Rey y los encuentros de selecciones que se disputarán en la ventana FIBA comprendida entre los días 19 y 27 de febrero. Se trata de una de las novedades de esta temporada, ya que en cursos anteriores la Euroliga seguía en marcha durante las ventanas y ahora se ha llegado a un acuerdo para que los jugadores del máximo torneo continental puedan participar en los clasificatorios.

El caso es que el Baskonia se va a encontrar con una situación poco común a estas alturas de la temporada, que, por otro lado, puede resultar beneficiosa para los gasteiztarras para reponer fuerzas y dar margen a que los jugadores que arrastran problemas físicos puedan avanzar en su recuperación.

En este sentido, el principal beneficiado será Tadas Sedekerskis. El alero lituano, pieza clave en la rotación de Dusko Ivanovic y uno de los principales referentes defensivos del equipo, sufrió una lesión muscular en la cara posterior del muslo derecho antes del choque contra el Bayern de Múnich que se disputó el 30 de enero que le ha mantenido apartado de las canchas desde entonces.

El alero lituano se ha perdido los últimos cinco compromisos del Baskonia, de los cuales los gasteiztarras sólo han conseguido ganar dos. Salvo que surjan complicaciones inesperadas, estos 18 días deberían ser suficientes para que el capitán azulgrana se recupere de su lesión y pueda regresar a la acción el 1 de marzo en la visita al Fenerbahce tras haber transcurrido un mes desde su baja.

A ello hay que añadirle los casos de Markus Howard y Chima Moneke, que terminaron el encuentro contra el Joventut con molestias en el tobillo y en la rodilla respectivamente. No parece que ninguno de los dos casos sea grave, ya que ambos pudieron jugar los últimos minutos del partido, pero parar unos días ayudará a que sus problemas no empeoren. Más complicado lo tiene Khalifa Diop, que el pasado viernes fue intervenido quirúrgicamente en Madrid de una lesión en el ligamento escafolunar de su muñeca izquierda, por lo aún tiene un largo proceso de rehabilitación por delante.

Fatiga acumulada

Quienes arrastran molestias físicas agradecerán el parón, pero también los que, pese a no tener dolores, están notando en sus piernas la falta de oxígeno por la acumulación de partidos y las cortas rotaciones por las que habitualmente apuesta Ivanovic.

Codi Miller-McIntyre, el jugador que más tiempo de juego acumula esta temporada en Europa entre las dos competiciones, es el mejor ejemplo de ello con más de 28 minutos disputados de media tanto en ACB como en Euroliga, aunque el resto del núcleo duro del técnico montenegrino suma también una importante carga de minutos.

Además del base norteamericano con pasaporte búlgaro, Tadas Sedekerskis, Chima Moneke, Markus Howard, Vanja Marinkovic y Matt Costello juegan más de 21 minutos por partido en ambas competiciones y eso, teniendo en cuenta el apretado calendario cargado de dobles y triples jornadas, supone un enorme esfuerzo.

Es cierto, eso sí, que los jugadores prefieren competir que entrenar y, como sucedió la pasada temporada antes del play off de la ACB, parones como este pueden resultar también contraproducentes para el ánimo y la concentración del equipo. De ellos dependerá sacarle el máximo partido a las sesiones de trabajo como, por otro lado, ya logró Ivanovic en aquella minipretemporada previa a la burbuja de Valencia en la que el Baskonia logró su último título de ACB en 2020.