Pese a la inyección de moral que supuso la victoria contra el Partizan el viernes, los problemas del Baskonia volvieron a salir a la superficie ante el Gran Canaria, que sacó partido de un titubeante arranque de los azulgranas y se llevó del Buesa Arena su primera victoria a domicilio en lo que va de ACB. El conjunto vitoriano, atascado en ataque en una primera parte en la que solo anotó 30 puntos, tuvo que remar a contracorriente durante el resto del choque y la fantástica actuación de Costello no fue suficiente para remontar.
El encuentro, en el que Ivanovic alineó de inicio un quinteto formado por Miller-McIntyre, Howard, Raieste, Sedekerskis y Kotsar, comenzó con un profundo desacierto ofensivo del conjunto local, que pese a mostrarse sólido en tareas defensivas no fue capaz de anotar su primer punto hasta el quinto minuto de juego. De hecho, tuvo que ser un jugador que entraba desde el banquillo como Costello quien pusiera fin con un triple al parcial de 0-8 inicial liderado por Brussino y Slaughter desde el perímetro. Pese a ello, las dificultades azulgranas para anotar persistieron, no tanto por la falta de fluidez en ataque como por el nulo acierto en buenas situaciones de tiro. Los alaveses, en efecto, solo anotaron dos canastas más en juego en todo el primer cuarto y el Gran Canaria, que acudió con asiduidad a la línea de tiros libres, cerró el parcial con una ventaja de dobles dígitos (8-18).
Mejoró algo el panorama en el segundo cuarto, en el que los triples comenzaron a entrar para el Baskonia y eso le permitió comenzar a recortar distancias con su rival. Costello y Chiozza fueron los primeros en castigar desde los 6,75 metros y Marinkovic tomó el relevo con otras dos dianas para situarse a seis tantos con el 24-30. Pese a ello, las dificultades para anotar cerca del aro rival persistieron y el Gran Canaria, más constante que los locales en su producción anotadora y con un Brussino entonado desde el triple, siguió pisando el acelerador e incluso terminó imponiéndose en el segundo cuarto, recuperando de esta manera la renta de dobles dígitos al descanso con el 30-43.
Muerte en la orilla
Costello, que entró en el quinteto inicial de la segunda parte tras sus buenas prestaciones en la primera, y Howard, con un triple, protagonizaron un regreso de vestuarios esperanzador para el Baskonia, pero tras situarse a nueve puntos, Brussino, una pesadilla durante todo el encuentro para los locales desde el perímetro, recuperó la ventaja de 13 tantos para el Gran Canaria. Esta vez, eso sí, el conjunto gasteiztarra logró darle continuidad a su producción ofensiva y liderado por el mejor Costello de lo que va de temporada consiguió acercarse a solo cuatro puntos tras un parcial de 13-4. Sin embargo, una serie de desajustes defensivos que provocaron la primera gran bronca de Ivanovic con Raieste como parte perjudicada, sumados a la ausencia de un segundo atacante entonado que complementara a Costello, dieron oxígeno al Gran Canaria, que con la contribución de diferentes piezas como Happ, Prkacin o Landesberg llegó al cuarto decisivo con una todavía importante ventaja de 52-61.
Miller-McIntyre, que no había anotado en todo el encuentro, apareció en ataque en el comienzo del último parcial haciendo valer su físico ante un más liviano Bassas, pero cada zarpazo local encontró respuesta en el lado contrario de la cancha mientras el reloj de partido se iba poco a poco agotando. El choque entró en un intercambio de golpes que no benefició a los locales, más fluidos en ataque que al principio, pero incapaces de cerrar filas atrás cada vez que el Gran Canaria hacía circular el balón con velocidad. A cinco minutos del final el Baskonia se acercó a seis puntos (62-68) con un mate de Moneke y una buena canasta de Tadas y respondieron Slaughter y Lammers con sendas acciones de tres puntos (64-74), aunque a los vitorianos aún les quedó una última bala.
Tras un parcial de 7-0 coronado con un triple de Costello –quién si no–, los de Ivanovic se situaron a solo tres puntos a dos minutos del final, momento en el que Slaughter, una vez más, se encargó de enfriar los ánimos con un triple. Aunque el Baskonia no perdió la fe, el tiempo se consumió, el arbitraje no ayudó y el Gran Canaria no perdonó desde la personal. El primer triunfo a domicilio de los de Lakovic en ACB deja poco margen de error para los alaveses si quieren estar en la Copa.