El Joventut, rival esta tarde del Baskonia, ha sido históricamente un club que siempre ha apostado por la cantera y no es casualidad que sus años de mejor baloncesto coincidan con los de mayor producción de su estructura de formación. Actualmente, el conjunto verdinegro cuenta con cinco jugadores formados en su cantera en la primera plantilla, tres de ellos con una amplia experiencia a sus espaldas como Pau Ribas, Guillem Vives y Albert Ventura y dos de ellos con mucha proyección como Pep Busquets y Joel Parra. A ello, además, habría que sumar a cuatro piezas del filial como Yannick Kraag, Miguel Allen, Jordi Rodríguez y Leonardo Okeke que han contado con minutos en algún tramo de la temporada, además de Zsombor Maronka, que fichó por el Betis con la campaña ya iniciada.
En cualquier caso, el buque insignia actualmente de la factoría verdinegra es Joel Parra, que a sus 23 años cumplidos el pasado mes de abril ha logrado consagrarse como uno de los pilares de la plantilla y comienza a escuchar cantos de sirena procedentes de los clubes poderosos del continente.
Se trata de un perfil de jugador diferente al del resto de canteranos con los que cuenta Carles Duran y que cuesta encontrar actualmente en el baloncesto español. Un alero todoterreno, con peso, potencia física y presencia en ambos lados de la cancha. Su carácter batallador, la energía que contagia a sus compañeros y su identificación con los colores del Joventut han hecho que se convierta en uno de los ídolos del Palau Olimpic de Badalona dentro de una plantilla que no anda precisamente corta de nombres destacables como Ante Tomic, Andrés Feliz, Kyle Guy o Pau Ribas.
Pero Parra es mucho más que un jabato y un alentador de las masas. Su físico, en el que la agilidad y la fuerza no están reñidas, le permite medirse con jugadores de distintos tamaños y lo convierte en un gran defensor. Nunca se deja un gramo de energía en el tintero, sabe colocarse bajo los tableros y es el segundo máximo reboteador del equipo con 5,4 capturas por encuentro, solo por detrás de las 6,2 de un especialista como Tomic.
PUNTODÉBILDELBASKONIA En el apartado ofensivo, el alero catalán maneja numerosos registros y cada temporada que pasa se convierte en un arma cada vez más peligrosa. Uno de sus puntos fuertes, como ya advirtió Peñarroya en la previa del encuentro, es su capacidad para jugar en el poste bajo, algo poco habitual en los aleros europeos. En emparejamientos con jugadores más livianos es capaz de desplazarlos hacia la pintura y generar buenas situaciones de tiro con su movimiento de pies, algo que puede resultar un dolor de cabeza importante para los alaveses.
También es un jugador peligroso en las transiciones y en las penetraciones, ya que con su explosividad es muy difícil de defender una vez arranca su carrera hacia el aro. En el lanzamiento exterior tal vez tenga cierto margen de mejora, pero ha demostrado tener buena muñeca y, de hecho, fue uno de los ejecutores del Baskonia en la Copa del Rey con cuatro triples que pusieron en pie al pabellón.
Así las cosas, no extraña que Parra acumule ya 25 internacionalidades y que incluso haya sido uno de los capitanes de la selección española en las ventanas FIBA. Si continúa con su progresión, España tiene un alero para muchos años. La gran incógnita es por cuánto tiempo lo podrá retener la Penya.