Difícil optar a una victoria lejos de casa –la gran asignatura pendiente del Baskonia a lo largo de esta temporada– con un pírrico 24% de acierto desde el 6,75, una ternura defensiva que no es desconocida para favorecer el lucimiento de la sociedad más mortífera de la ACB (Huertas-Shermadini) y, sobre todo, un horroroso cierre del rebote defensivo que permitió al rival de turno capturar 16 rebotes defensivos, cinco de ellos con la rúbrica de un exterior de 1,98 metros como Leandro Bolmaro.
Con semejantes defectos, y aunque parezca mentira, el Baskonia estuvo a punto de llevarse la victoria de una cancha tan complicada como la del Santiago Martín en Tenerife. El equipo vitoriano terminó viendo frenada su excelente racha en la ACB en una matinal donde siempre estuvo a merced del Lenovo y vivió exclusivamente de la inspiración de Howard.
El 'killer' estadounidense puso la magia sobre la pista chicharrera para dar varias vidas extra a un Baskonia al que Marcelinho llevó con la lengua fuera gracias a su estelar exhibición en el timón.
Tan solo los aguijonazos del inclemente anotador nacido en Nueva Jersey dilataron el triunfo del Tenerife, al que acribilló especialmente durante un último cuarto en el que se fue hasta los 15 puntos con la pegada propia de los grandes jugadores de la historia. Por desgracia, a las manos de Howard no llegó el balón decisivo a falta de 1,6 segundos para tratar de variar el signo de un encuentro torcido desde el salto inicial.
Costello, posiblemente el menos dotado para disfrazarse de héroe, ni siquiera pudo armar el tiro rodeado de un enjambre de brazos y piernas de jugadores locales. Así languideció otro discreto partido del Baskonia, muy por debajo del nivel exigible lejos del Buesa Arena para optar a grandes éxitos y que careció de antídotos para contener a la estelar fuente de alimentación del anfitrión insular.
A sus 39 años, Huertas se llevó por goleada el duelo individual ante un Thompson con serios problemas para dirigir la orquesta azulgrana con la eficacia que le caracteriza y ayer también con problemas de faltas.
El incombustible timonel paulista volvió a estar deslumbrante con sus 21 puntos y 6 rebotes. Esta vez se quedó en apenas dos asistencias, básicamente porque su eterno socio Shermadini en el 'pick and roll' así como otros compañeros desperdiciaron balones francos servidos de las mágicas manos de quien fuera uno de los grandes bases de la historia baskonista. El georgiano fue bien contenido por la defensa alavesa tras erigirse en el puñal de los chicharreros únicamente durante el primer cuarto.
Marcelinho siempre hizo y deshizo a su antojo ante la impotencia del Baskonia. Incluso se permitió el lujo de anotar una decisiva canasta de pillo que elevó el 81-78 al marcador. Al quedarse sin opción de pase ni bote, se quedó suspendido en el aire ante la intimidación de Kotsar, lanzó el balón hacia arriba para evitar la pérdida y, tras capturar su propio rebote, anotó con suma facilidad. Así es Huertas, un genio del deporte de la canasta que hace fácil lo difícil.