Asier Zengotitabengoa (Vitoria-Gasteiz, 1988), es uno de los escasos alaveses en activo que puede presumir de dedicarse profesionalmente al baloncesto. El alero gasteiztarra, que en sus primeros años llegó a disputar 12 partidos con el Bilbao Basket en la ACB, se ha convertido en un auténtico nómada del deporte de la canasta al haber pasado por más de diez clubes diferentes a lo largo de su carrera, que se ha desarrollado mayoritariamente entre la LEB y en la Segunda División francesa (Pro B). Tras cinco temporadas en el baloncesto galo, Zengotitabengoa ha regresado esta temporada a España de manos del Fibwi Palma de LEB Plata, en el que está siendo el máximo anotador con 17,2 tantos por choque.

¿Qué tal le están yendo las cosas en su vuelta al baloncesto estatal?

Bien, la verdad. Después de cinco años en Francia el cuerpo se me había adaptado ya al baloncesto de allí, que es muy diferente: más físico, individual y anárquico, al estilo de la NBA. En principio mi idea no era volver, quería seguir en Francia y tenía varias ofertas, pero con el nacimiento de mi hijo, mi mujer, que es croata, y yo queríamos estar en casa, ya fuera en Croacia o en España, en un sitio en el que estuviéramos cómodos.

¿Cómo surgió la opción de regresar a Palma? 

Pues fue de rebote y a última hora. Yo estaba entrenando y prácticamente fichado por un equipo de la Primera División croata, en Split. Una web especializada de baloncesto publicó que había firmado por ese equipo y yo respondí con un tuit desmintiéndolo. Al día siguiente lo leyeron aquí, en el club en el que había estado antes de ir a Francia, y me llamaron. Justo tenía planeado un viaje a Vitoria dos días después y desde allí ya me fui directamente a Palma en vez de volver a Croacia. Estuve muy a gusto en mi primera etapa aquí y qué voy a decir de Mallorca que la gente no sepa.

Con el nivel que está ofreciendo, siendo el segundo máximo anotador de la categoría, ¿no tenía propuestas de LEB Oro? 

Sí, tuve dos de ofertas de LEB Oro, pero como le decía mi idea no era volver. Quería posponer el firmar con un equipo francés hasta que naciera mi hijo en noviembre y mientras mantenerme en buena forma en Croacia, pero cuando me llamó mi presidente de Palma me agradó la opción de volver e intentar ascender al equipo. Me fijé más en la gente del FIBWI Palma, a la que tengo mucho cariño, y en cómo es la vida en la isla que en la categoría en la que jugaba.

Actualmente ocupan la sexta posición, ¿ve opciones de conseguir ese objetivo del ascenso? 

Está siendo una temporada complicada, con mucha inestabilidad dentro del equipo. Cada vez que ganábamos varios partidos seguidos y cogíamos regularidad nos pasaba algo: cambios de jugadores, lesiones... Ahora venimos en buena dinámica y con el actual formato no importa tanto el hacer una mejor o peor liga regular, ya que los ascensos se deciden en el play off y lo realmente importante es llegar en la mejor forma posible a enero.

“El baloncesto no se acaba en Álava o en España, si quieres dedicarte a esto lo importante es intentarlo, el destino es lo de menos”

¿Qué balance hace de sus cinco años en Francia? 

La verdad es que fue una buena experiencia y estuve muy contento los cuatro años que estuve en el Alsace y en el último en el Lille. De hecho, fui capitán tres años en el primero, y eso es difícil que se dé con jugadores extranjeros en estas categorías. No se ven muchos españoles porque tienen en la cabeza que físicamente no nos podemos adaptar a la exigencia del baloncesto francés, pero cuando nos ficharon a Xavi Forcada y a mí y rompimos el récord de la liga con 31 victorias y 3 derrotas creo que logramos que cambiaran esa visión.

¿Qué nivel hay en la Pro B francesa comparado con la LEB Oro?

Es complicado decirlo, ya que como le digo son dos estilos de baloncesto totalmente diferentes. Tal vez esté un poco por encima la Pro B, principalmente porque los salarios también son mayores. De hecho, hay muchos descartes de la NBA que llegan a la segunda división francesa. Yo, por ejemplo, he jugado contra Roko Ukic (ex del Baskonia, Toronto y Milwaukee), Mickael Gelabale (ex de Seattle y Minnesota) o algún que otro jugador de mucho nivel como Florent Pietrus. Creo que se sitúa en un punto intermedio entre la LEB Oro y la ACB.

Zengotitabengoa, pensativo durante un entrenamiento de esta semana

Zengotitabengoa, pensativo durante un entrenamiento de esta semana Fernando Sanz

¿Qué le dice el hecho de ser uno de los escasos alaveses que se dedica profesionalmente a esto?

Pues no lo entiendo, me parece una incongruencia que en una ciudad de baloncesto como es Vitoria, con tantos aficionados y gente que practica el deporte, estemos tan pocos compitiendo a nivel profesional. Yo con doce años me marché a la cantera del Barça y si hubiera seguido jugando en Vitoria no sé si hubiera llegado a ser profesional. Seguramente no.

¿A qué cree que se debe esto? 

Quizá porque no hay una buena infraestructura. Está el Baskonia, pero es un solo club, para que salgan más jugadores tiene que haber más. Por ejemplo, en Palma de Mallorca, que es una ciudad algo más grande que Vitoria, hay un montón de clubes de barrio que sacan jugadores, no solo el FIBWI Palma, que es el principal de la ciudad. Incluso los pueblos pequeños de la isla tienen su propio club. En Vitoria, si no entras en el equipo de tu categoría en el Baskonia, lo tienes muy complicado para progresar, y esto es más difícil aún cuando se está fichando talento extranjero. No tengo nada en contra de ello, pero es una tendencia de varios clubes de la ACB y dificulta hacerse hueco. Cuando estuve en la Masía solo había uno o dos jugadores internacionales.

Usted no llegó a hacerse hueco en la ACB, pero ha demostrado que hay vida más allá de eso...

¡Y tanto! Yo por distintos motivos, a veces por mala suerte, no pude tener continuidad en la ACB, pero estoy muy contento y agradecido por la carrera que he tenido. Obviamente no es lo mismo que jugar en un Real Madrid, un Barcelona o un Baskonia, pero se puede hacer una carrera digna sin tener que jugar en los mejores equipos de la ACB. Yo estoy satisfecho y no miro atrás ni pienso en lo que podría haber sido.

“Coincidí con Peñarroya en el Andorra y el día a día con él es una gozada, no me sorprende que el Baskonia esté haciendo tan buen año”

¿Qué consejo le daría a un joven alavés que quiere dedicarse a esto y no se hace hueco en el Baskonia?

Pues que se busque las castañas fuera. En su día mi padre tuvo que crear un equipo con varios amigos para que pudiera jugar en Vitoria porque no había baloncesto más allá del Baskonia. Cuando mis padres vieron que realmente me apasionaba, me propusieron ir a Barcelona a intentar seguir creciendo y así lo hice. El baloncesto no acaba en Álava ni tampoco en España, es muy grande y hoy en día con toda la información que hay puedes encontrar alternativas. La cosa es intentarlo, si no es en Vitoria, que sea en Zaragoza, en Bilbao, en Pamplona o donde sea. Hay que saltarse las barreras.

¿Sigue al Baskonia o se ha hecho del Barça u otro de sus exequipos? 

No, sigo siendo del Baskonia y ahora que están Joan Peñarroya de entrenador y Alex Formento de asistente todavía más. El primero fue mi entrenador en el Andorra y con el segundo jugué y compartí casa en el Huesca.

¿Qué le parece la labor que están haciendo esta temporada? 

Muy buena. La verdad es que da gusto ver jugar al Baskonia este año. Con Joan coincidí durante dos años en el Andorra y sé cómo juega, cómo entrena y que el día a día con él es una gozada. Es alguien que sabe gestionar al jugador y se está muy a gusto con él en el equipo. No me sorprende que estén haciendo tan buena temporada, me puedo imaginar cómo es el trabajo diario de la plantilla y cómo trata a sus jugadores. Si tienes esa confianza y estás tranquilo con un entrenador, se nota cuando juegas. A mí me alegra mucho que fichara por el Baskonia en verano y que se den oportunidades a entrenadores jóvenes que lo pueden hacer tan bien o mejor que alguien con mucho más nombre.

Con 34 años lleva ya una carrera larga y movida. ¿Se ve mucho tiempo más jugando a baloncesto? 

Sí, desde luego. Estoy físicamente mejor que hace siete u ocho años, me estoy cuidando y seguiré hasta que el cuerpo aguante. No me voy a poner metas, cuando el cuerpo me pida dejarlo, lo dejaré, tampoco quiero estar arrastrándome por la cancha. De momento me encuentro bien y eso es lo que vale. No me fijo en si tengo 34, 36 o 40 años.