La gran figura de la Virtus Bolonia, rival este viernes del Baskonia, posiblemente no sea uno de sus jugadores –que no son precisamente malos–, sino su entrenador Sergio Scariolo (Brescia, 1961). El técnico italiano se ha ganado con su intachable palmarés tanto como seleccionador español como en distintos clubes de todo el mundo ser reconocido como uno de los mejores entrenadores en activo, todo un estudioso del baloncesto y maestro de la táctica. Pese a que en su segunda etapa en el Baskonia (2013-14) no tuvo fortuna, en Vitoria dejó un buen recuerdo por la Copa del Rey conquistada en 1999. Eso sí, mañana en Bolonia a los azulgranas les tocará enfrentarse a la siempre exigente pizarra de Scariolo, que no está decepcionando en su regreso a la máxima competición europea de clubes.

¿Qué valoración hace de la temporada de la Virtus hasta el momento?

Considerando que estamos en nuestro primer año de Euroliga, no solo por lo que conlleva para el equipo, sino también para el club, y considerando que hemos tenido lesiones de media y larga duración en varios jugadores muy importantes de la plantilla, creo que estamos compitiendo bien. Seguramente hemos perdido un par de partidos que podíamos ganar y ganado algún encuentro que parecía imposible conseguir. Sumando unos y restando los otros, creo que estamos donde nuestro nivel, teniendo en cuenta las bajas, nos coloca.

¿Fue un golpe duro perder la final de la Copa de Italia contra el Brescia el pasado domingo?

Por un lado, el club llevaba alrededor de 15 años sin jugar una final de Copa, pero es cierto que cuando llegas a la final la quieres ganar. Es una decepción, por supuesto, pero hay que reconocer que el Brescia llegó en un gran momento y nosotros tenemos muchos jugadores a los que les cuesta recuperar físicamente cuando juegan dos partidos en 24 horas. Lo pagamos, pero no hay pegas ni excusas. Fueron mejores y ya está.

¿Está contento con que el Unicaja haya ganado la Copa del Rey?

Sí, siempre tengo cariño para los equipos en los que he estado y por supuesto me he alegrado, tengo mucha gente a la que quiero allí. También tengo una muy buena amistad con Txus Vidorreta y con Jaime Fernández, así que me hubiese alegrado también si hubiera ganado el Tenerife. De todas formas, estoy contento por el Unicaja, creo que se lo han merecido, han jugado una gran Copa del Rey y están haciendo un buen año.

¿Qué le parece la labor que está haciendo el vitoriano Ibon Navarro? Fue su ayudante en su segunda etapa en el Baskonia...

Está haciendo un gran trabajo, es un buen entrenador, muy completo. Trabaja, mejora, estudia y tiene carácter y pasión por el juego. En definitiva, un excelente técnico.

¿Le dio tiempo a seguir la Copa del Rey o estaba centrado en la de Italia?

Bueno, he podido ver momentos de algunos partidos en directo y obviamente la final y el partido del Baskonia en diferido.

¿Esperaba más del Baskonia?

No pensé en eso, yo lo vi con ojos analíticos, fijándome en cómo juega, su gran inicio y el momento de dificultades que tuvo después. La Copa del Rey es tan impredecible que no se puede hablar de sorpresas, son relativas. El equipo de casa tiene mucho empuje. Puede tener un momento de tensión al inicio, pero creo que para el Joventut fue incluso positivo vivir ese tramo de dudas al principio, con mucho tiempo por delante, ya que luego la afición le aupó en la remontada y llegó al final con esa inercia positiva. Si hubiera sido al revés, tal vez habría cambiado la historia, pero en cualquier caso hizo méritos para ganar.

¿Cree que los equipos de la Euroliga pagaron el esfuerzo acumulado de tantos partidos? En Badalona ninguno llegó a la final y la Virtus cayó ante el Brescia.

Es duro, desde luego. Hay jugadores más jóvenes, frescos y atléticos que tienen mayor capacidad de recuperación, y otros no tanto. El desgaste de la Euroliga es muy importante, es cierto que hay plantillas más largas, pero también es cierto que los jugadores decisivos son solo unos pocos. Puedes rotar con piezas complementarias, pero nadie tiene tantos primeras espadas como para poder dar descanso a esos jugadores decisivos en estos partidos.

Usted que es un entrenador al que le gusta preparar muy bien los partidos y cambiar los sistemas defensivos según el rival, ¿cómo saca tiempo para hacer esa preparación con un calendario tan apretado?

Hay que encontrar píldoras de tiempo para refrescar esos sistemas y esas jugadas aunque no las uses. Cinco o siete minutos un día, ocho minutos otro... Hay que tenerlo entrenado y sacarlo cuando es oportuno. También es importante aprovechar los momentos en los que, como se hace en la NBA, los entrenamientos tienen que ser más de contenido que de desgaste por el reparto de esfuerzos. Ahí se pueden trabajar aspectos tácticos.

A veces se menosprecia el trabajo táctico de la NBA respecto al baloncesto europeo y se dice que solo se juegan aclarados. ¿Está de acuerdo?

Hay un poco de todo, depende de los equipos, los entrenadores y del momento del curso. No se juega igual en la temporada regular que en el play off. Tampoco diría que en la Euroliga no se utilizan aclarados en partidos importantes o en los momentos decisivos de los partidos, basta con ver cómo juegan los equipos que han ganado la Euroliga en los últimos años. Lo que sí que es cierto es que la diferencia entre la temporada regular y el play off es más marcada en la NBA que en la Euroliga.

Centrémonos en el partido del viernes. ¿Qué le está pareciendo la temporada del Baskonia?

Es un gran equipo que está jugando muy bien a baloncesto, con un ritmo altísimo y una batería de jugadores atléticos y muy tiradores. No es solo eficaz, también es bonito de ver. Luego tienen un fenómeno como Howard que ha hecho que el Baskonia pase de ser un equipo de zona media a uno de zona alta de la tabla.

¿Existen fórmulas para frenar a esta clase de jugadores extraordinarios o solo se puede rezar para que no tengan su día?

Puedes intentarlo, pero tienes que estar preparado para que hagas lo que hagas te pueda anotar 20 puntos. El problema ya es si te mete 40 (risas). 20 te los puede meter aunque el trabajo haya sido bueno, de lo que sí tienes que estar pendiente es de que no libere demasiado espacio para los demás.

¿Sigue siendo especial para usted medirse al Baskonia?

Me gusta ir a Vitoria porque veo a personas conocidas, recuerdo momentos y lugares, pero jugando en Bolonia es como el resto de partidos de la Euroliga, que son todos durísimos.

¿Qué le parece la política que tiene el Baskonia con los cupos? Esta temporada solo tiene un jugador español (Dani Díez) y la pasada ninguno.

Bueno, recientemente ha sido casi siempre así. El reclutamiento del Baskonia no mira tanto al pasaporte, mira al talento, desde siempre. Obviamente todo dentro de las normas de los cupos, sobre las que se puede discutir, pero que cuando están se respetan. Yo recuerdo que en mi época estaban Millera, Cazorla, Lucio, Jorge, Santi Abad... Había muchos españoles. Ahora son tiempos diferentes y pienso que también el propio reclutamiento en la cantera ha cambiado, se mira a todo el mundo prácticamente. El reclutamiento del Baskonia es siempre de primerísimo nivel.

¿Cree que hay jugadores de las convocatorias que suele llevar a las ventanas FIBA con nivel suficiente para jugar en el Baskonia?

Yo creo que sí. En el equipo que está trabajando ahora, por poner algún ejemplo, Alberto Díaz, Joel Parra y Juan Núñez tienen capacidad como mínimo para poder rendir a buen nivel en la Euroliga.

¿Qué recuerdos guarda de sus años en el Baskonia?

Muchos. El de la final que jugamos el primer año, el segundo con el título de la Copa del Rey... Incluso las dificultades del club cuando volví en mi segunda etapa, con los problemas económicos y los contratiempos que tuvimos a lo largo de la temporada. Me quedo con la cohesión, espíritu de lucha y deseo de competir en ese momento que probablemente ha sido el más difícil en la historia reciente del club.

¿Cree que no se valoró su trabajo en esa segunda etapa y que realmente no había mimbres para más?

Bueno, esa es una valoración subjetiva y cada uno tendrá la suya. Yo lo tengo claro, pero respeto la opinión de cualquiera, que puede perfectamente ser distinta a la mía.