El sueño azulgrana de disfrutar de un trago largo se esfumó a las primeras de cambio. Y es que por mucho que enfrente estuviera un anfitrión de calidad como el Joventut, la hinchada baskonista confiaba en llegar un poco más lejos en esta Copa del Rey. Ilusiones había por revivir los días de gloria en el torneo fetiche del club vista la trayectoria del equipo en una temporada más que esperanzadora.
Sin embargo, todas se vinieron abajo de un plumazo. Otro varapalo a las primeras de cambio. Gordo. Del estilo del vivido en 2001 cuando el meteórico Baskonia de Dusko Ivanovic cayó en cuartos de final frente al humilde Cáceres liderado por José Antonio Paraíso en Málaga.
Entonces, la tropa azulgrana no pudo hacer valer su condición de claro favorito y esta vez, aunque los pronósticos no estaban tan desequilibrados, la escuadra gasteiztarra estaba en todas las quinielas para volver de nuevo a las semifinales y estar así en un sitio de sobra conocido que le corresponde por jerarquía.
Con las apuestas a favor
Las apuestas situaban de nuevo al Baskonia en la semifinal del torneo del KO dos años después. El año pasado no pudo estar ya que ni tan siquiera estuvo presente en el torneo, pero en esta edición, una vez que ha vuelto a tomar parte, todo hacía indicar que al menos acudiría fiel a su cita con la ronda previa al gran partido de la Copa.
La historia así lo confirma. Desde que el conjunto azulgrana disputara la primera allá por el año 1994, en el que acabaría subcampeón tras caer en el último partido frente al Barça, ha llegado hasta las semifinales de la competición en 18 ocasiones.
Esta vez no ha podido ser. Algo poco habitual si se echa una mirada al histórico del conjunto vitoriano en la Copa. Seis títulos, nueve finales y la friolera de 18 presencias en semifinales en los últimos 30 años confirman que el Baskonia es un grande del torneo.
Sin embargo, también es cierto que los tiempos de gloria están ya un poco lejanos. Y es que la escuadra azulgrana no saborea un título desde el año 2009 tras batir en la final a Unicaja en la edición de Madrid. Ahí se puso fin a un inicio de siglo más que brillante.
Tres títulos alternos
Buena prueba de ello es que fueron a parar tres títulos a las vitrinas del Buesa en las ediciones de 2002, 2004 y 2006, periodo en el que habría que destacar además las finales de 2003 y 2008, esta con una ajustada derrota contra todo pronóstico en el Buesa Arena frente al Joventut de unos jóvenes Ricky Rubio y Rudy Fernández.
La presencia de la escuadra gasteiztarra en lo más alto del podio en la Copa del Rey dejó de ser algo testimonial en esos años. Era lo habitual, no lo anecdótico como ocurrió con sus dos primeros títulos en 1995 en Granada y en 1999 en Valencia.
El Baskonia y la Copa conformaban un matrimonio perfecto. Inquebrantable a los elementos. No hay más que comprobar que tras el fiasco vivido en Málaga en 2001, en las 12 ediciones siguientes el Baskonia superó al menos el primer cruce de cuartos.
Tras el fiasco vivido en Málaga en 2001, en las 12 ediciones siguientes el Baskonia superó al menos el primer cruce de cuartos.
Desde 2002 hasta el 2013, el conjunto alavés fue un habitual de las semifinales. Ese era su hábitat natural. Queda claro que en los primeros años de este siglo XXI se vivieron los mejores momentos del Baskonia en la Copa.
Tres ausencias en ocho años
Sin embargo, en la época reciente hay más sombras que luces. Son tiempos con muchos altibajos. Y es que tras alcanzar de manera ininterrumpida las semifinales hasta 2013, a partir de ese año se vivieron temporadas muy irregulares.
Buena prueba de ello es que en estos nueve años, en tres ni tan siquiera se llegó a jugar la fase final de la Copa, ediciones de 2015, 2020 y 2022, mientras que en las de 2014, 2018 y 2019, el conjunto azulgrana cayó apeado a las primeras de cambio. Seis decepciones en nueve años. Demasiadas.
Ni las clasificaciones para semifinales de los años 2016, 2017 y 2021 sirvieron casi de consuelo para tanta irregularidad. Ahora, la tropa de Peñarroya ha vuelto a pinchar en el momento más inesperado. Otra vez a las primeras de cambio. Toca esperar para pelear por la gloria. Son ya 14 años sin jugar una final.
