Daulton Hommes no está pasando por su mejor momento en el Baskonia. En la actualidad se encuentra dado de baja en la ACB por culpa de sus problemas físicos en una rodilla, de los que se recuperó para jugar el viernes en Kaunas, y está por ver si su ficha es activada mañana para medirse al Unicaja en el Martín Carpena.

Su rendimiento en los últimos tiempos ha descendido bastantes enteros y ante el Zalgiris no fue una excepción. Jugó poco más de nueve minutos y no anotó ningún punto fallando además los dos triples que intentó, algo que desembocó en una valoración de -2.

Sin embargo, lo más chocante de su actuación en tierras bálticas no fue su mala estadística sino la anécdota curiosa que protagonizó en la primera mitad. En un momento del segundo cuarto, y tras recibir un saque de fondo de Heidegger, se vio presionado por Polonara y no encontró ninguna línea fácil de pase para un compañero.

Con el fin de evitar una posible pérdida por retener varios segundos el balón, Hommes se dio la vuelta hacia el árbitro ucraniano Boris Ryzhyk haciendo el gesto con su mano de pedir un tiempo muerto, algo que como todo el mundo sabe sí está permitido en la NBA con el partido en juego pero una regla que jamás se ha implantado hasta la fecha en el baloncesto europeo.

Nadie dio crédito en ese momento a lo sucedido, sobre todo el citado colegiado que abrió sus manos en un gesto de incredulidad absoluta.

Finalmente Hommes dio un pase en largo hacia Sedekerskis que Brazdeikis estuvo a punto de interceptar en mitad de la cancha. Tras esta insólita acción, Peñarroya envió al 'cuatro' de Washington al banquillo.

Por razones obvias, al técnico catalán no le gustó lo más mínimo esa falta de concentración de uno de sus jugadores en pleno partido pero que no es la primera vez que sucede a este lado del Atlántico con jugadores norteamericanos de por medio acostumbrados a las reglas de la NBA.