Si algo ha caracterizado al exbaskonista Dusko Ivanovic a lo largo de su carrera como entrenador ha sido su capacidad para conseguir que algunos de sus jugadores alcanzaran cotas insospechadas en cuanto a rendimiento y condición física. Los métodos del montenegrino, consistentes en intentar llevar a sus pupilos al límite de su potencial, han sido criticados por algunos de sus exjugadores como Wade Baldwin o Nik Stauskas, mientras que otros como Luis Scola, Igor Rakocevic, Mirza Teletovic, Sergi Vidal, Achille Polonara o Tadas Sedekerskis, que eclosionaron a sus órdenes, no han dudado en elogiar al ahora entrenador del Estrella Roja siempre que han tenido la ocasión, definiéndolo como una de las figuras más importantes en su desarrollo como profesionales.

Sea aceptada su filosofía o no por quienes han tenido la buena o mala fortuna de trabajar a sus órdenes, la realidad es que ha resultado una fórmula efectiva, y prueba de ello es el envidiable palmarés que atesora en el banquillo baskonista, su larguísima carrera como entrenador de Euroliga o los excelentes resultados que está consiguiendo al mando del Estrella Roja, equipo que ha pasado de estar hundido en el fondo de la clasificación a meterse de lleno en la pelea por el play off con un balance de nueve victorias y tres derrotas desde su llegada. Y una de las principales razones de esta mejoría en los resultados del conjunto de Belgrado ha sido el rendimiento de Filip Petrusev, el último jugador que ha logrado superar todas sus barreras tras abrazar ciegamente el método Dusko.

El interior serbio de 22 años, que tiene con Ivanovic el denominador común de contar con pasado en Vitoria-Gasteiz (militó en el equipo juvenil del Baskonia durante dos temporadas), está siendo uno de los jugadores revelación de la temporada y se ha convertido en un jugador fundamental para el Estrella Roja, club en el que se formó antes de llegar a Vitoria y en el que está demostrando en esta Euroliga el potencial que se le presuponía antes de dar el salto al baloncesto de máximo nivel. 

La revalorización de una promesa

Cabe recordar que Petrusev fue nombrado MVP de la Liga Adriática en la temporada 2020-21 en las filas del KK Mega de Belgrado y tras quedar en la 50ª posición del Draft de la NBA terminó fichando por el Anadolu Efes en el verano de 2021 como uno de los interiores más prometedores del continente. Su primera campaña en la Euroliga resultó decepcionante y, lejos de darle un salto de calidad a los campeones en el puesto de pívot tras la marcha de Sanli, terminó siendo desplazado al banquillo por la vieja guardia, formada por Dunston y Pleiss.

Petrusev intenta superar a Yabusele y a Williams-Goss Euroliga

El pasado curso solo disputó 22 encuentros en Euroliga, en los que promedió unos pobres 5,2 puntos y 1,6 rebotes en algo más 9 minutos por encuentro. Tras ello, fichó por el Estrella Roja para la presente campaña y hasta la llegada de Dusko Ivanovic estaba manejando unos guarismos similares a los de su etapa en Estambul, pero desde que el montenegrino ha tomado las riendas del equipo, la vida ha cambiado por completo para Petrusev. Sus promedios han ascendido hasta unos notables 10,8 puntos, 5 rebotes y 13,4 créditos de valoración en 21 minutos de media, pero si tomamos como referencia únicamente los partidos dirigidos por Ivanovic, sus números son aún mejores: 12,9 puntos, 5 rebotes y 17,1 créditos por choque

Su mejoría se ha hecho especialmente palpable en los últimos seis partidos, en los que ha conseguido su primer reconocimiento como MVP de la jornada y ha pulverizado sus mejores registros del torneo, logrando su máxima anotación (25), minutos (32) y valoración (35) ante el Valencia Basket, su máximo en tapones ante el Olympiacos (4) y su segunda mejor marca en rebotes (11) ante el Armani. Un jugador al que se ha acusado en ocasiones de falta de carácter, se ha convertido en el enésimo soldado de Dusko Ivanovic, implicado en defensa y sacando a relucir la calidad que atesora bajo el aro. 

En los mencionados choques ha promediado 20,1 puntos, 6,8 rebotes y 24,3 de valoración. Petrusev, a quien muchos ya daban por perdido, es actualmente uno de los pívots más diferenciales de la Euroliga y una de las puntas de lanza de un Estrella Roja que, a falta de que se sume Campazzo, ya asusta a los grandes equipos del torneo. Su futuro se antoja ahora mucho más brillante, y gran parte de ello se lo debe a Dusko Ivanovic.