Sangre fría. A Rokas Giedraitis no le tembló el pulso a la hora de la verdad y demostró ser un hombre de hielo. Con el marcador en contra (82-83), el alero lituano tenía la oportunidad de poner por delante al Baskonia desde los tiros libres cuando tan solo restaban seis segundos y demostró que no se arruga en los momentos calientes. Lo dicho, un hombre de hielo que anotó esos dos lanzamientos desde la personal y puso el 84-83 definitivo que dio una agónica victoria al conjunto azulgrana.

Sufrimiento extremo para lograr un triunfo a base del coraje y gracias a la solvente actuación del alero lituano. Giedratis volvió por sus fueros. El báltico, desaparecido buena parte de la temporada, demostró ante el Joventut las virtudes que atesora. Resucitó cuando más lo necesitaba el equipo. Sin dos estilestes como Howard y Henry y con un Thompson discreto, el jugador báltico se echó al equipo a la espalda durante muchas fases del mismo.

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El Baskonia sufre hasta el último segundo para superar a la Penya

Notable en defensa. Como un perro de presa. Intenso, peleón, cortando líneas de pase y eso que en muchos momentos le tocó bailar con la más fea. No es fácil parar a Kyle Guy y Giedraitis le puso en muchos aprietos. Asfixiado por el capitán azulgrana.

Pero sí su partido en defensa fue notable, en ataque lo fue aún más. De hecho, el exterior azulgrana firmó uno de sus mejores encuentros en lo que va de temporada. Sus números así lo confirman. Y es que hasta la fecha, Roka Giedraitis promediaba tan solo 10,3 puntos por encuentro y ayer duplicó su producción al acabar con 20. Partidazo. Más aún viendo su carta de tiro. Soberbio en este aspecto tras acabar con un 83% en tiros de 2 (5/6)y un 50% en triples (2/4), a lo que añadió un 80% en los tiros libres (4/5).

Una estadística completa

Porcentajes de ensueño. Y es que en tiros de dos promediaba un más que notable 68% y en triples un 47% y este domingo disparó esos registros. Espectacular. Tras haber fallado uno de sus tres primeros lanzamientos desde la personal, con los dos que tuvo a la hora de la verdad ni lo dudó. Entraron limpios. Confianza ciega. Fe en sí mismo. Creía en él y no falló. Cuando se le ha necesitado, ha respondido. El mejor Rokas volvió hoy.

Y es que a todo ello hay que añadir que colaboró con tres asistencias, dos rebotes de valor incalculable en ataque, la friolera de cinco faltas recibidas, fruto de su verticalidad a la hora de romper la defensa rival con sus penetraciones, y dos mates. Rompiendo el aro gracias a su velocidad para acabar sendos contragolpes.

 Con tanto ímpetu se colgó del aro que, en el primero de ellos, se hizo un corte en la muñeca. Le dio igual. Rokas siguió a lo suyo. No se arrugó lo más mínimo, por mucho que tuviera que jugar los últimos minutos con un esparadrapo cubriendo la herida. Es un guerrero que va con todo y su coraje y buen día ante el Joventut le permitieron acabar con 23 de valoración, la más alta del Baskonia.Y encima tuvo la oportunidad de decidir desde el tiro libre y no falló. Puño al cielo. Victoria y toda una liberación.