El Baskonia de Joan Peñarroya da la cara en los escenarios más complejos, va sobrado de pegada en ataque y compite de forma notable, pero todavía adolece de punch, oficio y mentalidad asesina para que esas buenas hechuras como colectivo le permitan dar un susto a los transatlánticos más inabordables.

Tal y como sucedió en el Principado de Mónaco, el equipo vitoriano volvió a echar de menos una cierta madurez para dar el golpe en el Palau Blaugrana, donde desfalleció a partir del minuto 35. A raíz de la eliminación de Maik Kotsar y la aparición mortal de necesidad de Cory Higgins, autor de 11 puntos decisivos que enviaron a la lona a los de Peñarroya, su suerte quedó definitivamente echada.

El estadounidense, muy lejos de aquel punzante escolta que maravilló años atrás en el CSKA, descargó el diluvio universal sobre un Baskonia muy tibio en labores de contención y que se vio arrollado en la recta final. Una clamorosa desatención de Henry, que a dos segundos del final de posesión dio paso al primero de los tres triples con los que Higgins martirizó a los alaveses en el tramo de la verdad, constituyó el principio del fin.

El grupo vistoso y dinámico que había metido el miedo en el cuerpo al Palau durante casi 35 minutos desapareció en el tramo de la verdad. El Baskonia sobrevivió con apenas 11 puntos en los diez minutos finales, tramo en el que Henry, Howard y Thompson no pudieron echarse el equipo a la espalda para estirar las opciones de gloria.

Hasta el minuto 36, la propuesta del Baskonia de un ritmo altísimo y ataques vertiginosos se dejó sentir en el Palau, que asistió a un incesante goteo de triples por parte de ambos equipos, especialmente los alaveses. Para profanar la pista blaugrana, el equipo de Peñarroya necesitaba, ante todo, grandes dosis de desparpajo, velocidad en todas sus acciones y acierto exterior, al margen de no especular en ningún momento. Todo ello sucedió durante más de tres cuartos antes del apagón final.

La vuelta de Enoch tras casi dos meses en el dique seco fue la noticia positiva en el seno de un Baskonia que perdió en el último momento a un soldado fundamental para la batalla de la Ciudad Condal. La lesión muscular de Sedekerskis representó un jarro de agua fría paras las aspiraciones vitorianas. Básicamente por ese trabajo de fontanería que se echó de menos durante muchos minutos.

Como suele ser habitual desde el pistoletazo de salida al ejercicio 2022-23, el Baskonia atacó de forma soberbia pero pecó de una tibieza defensiva por momentos desesperante en la defensa del pick and roll culé. La velada se convirtió en un intercambio de golpes y en ese escenario Howard volvió a refrendar su condición de artillero incandescente, aunque no hubo señales de él cuando la cosa se puso fea.

Pese a que Laprovittola no ofreció sus prestaciones habituales, el Barcelona llevó la iniciativa durante casi todo el choque. Eso sí, sintiendo en todo momento el aliento en la nuca de un Baskonia agarrado a su pegada exterior. Vesely hizo daño en los dos aros, Kalinic y Tobey provocaron desajustes cuando recibieron de espaldas al aro en el poste bajo y algún secundario de Jasikevicius como Da Silva quiso aprovechar la coyuntura para reivindicarse antes de la próxima vuelta de Mirotic.

Henry tomó el relevo de Howard en la vertiente anotadora tras el descanso y el Baskonia siguió sin perderle la cara a un encuentro de altísimos guarismos ofensivos. Sin embargo, el encomiable esfuerzo del conjunto alavés volvió a carecer de recompensa conforme avanzaron los minutos. El Barça subió líneas e incomodó al máximo cada ataque visitante en un último cuarto repleto de malas decisiones. Para echar más sal en la herida, Higgins reventó la oposición baskonista con su monumental acierto desde el triple.

Joan Peñarroya: “Nos faltaron cuatro minutos”

Decepción. Peñarroya acabó satisfecho con el rendimiento del Baskonia en el Palau pese al desfallecimiento en el epílogo. “Nos falta ese puntito para ganar en las pistas más difíciles. El talento del Barcelona ha aparecido al final, ellos han subido líneas y no hemos tenido esa capacidad para seguir anotando como en los tres primeros cuartos”, resaltó el técnico catalán, quien se mostró algo más crítico con las facilidades dadas por sus pupilos atrás. “Es obvio que no ha sido nuestro mejor partido defensivo y tuvimos problemas en la defensa de su bloqueo y continuación. Nos han faltado cuatro minutos para ganar. ¿Si se ha jugado a lo que queríamos durante más minutos? No lo sé, pero al final ganaron ellos. Ha sido un partido de alta anotación, algo que no es habitual en el Palau. Hemos leído el juego y atacado bien en los primeros tres cuartos, pero el Barça nos ha puesto en problemas”, concluyó.