El Baskonia compitió de tú a tú con el todopoderoso Barcelona en el Palau y estuvo cerca de conseguir asaltar el feudo blaugrana gracias a una fantástica actuación de sus tres jugadores de perímetro, pero le sobraron los cinco últimos minutos, a los que llegó corto de fuerzas y en los que no fue capaz de defender a Higgins, que se encargó de asestar el golpe de gracia.

Peñarroya, que no pudo contar con Sedekerskis por un problema muscular en el aductor, sorprendió alineando de inicio a Enoch, que jugó su primer partido de la temporada en Euroliga, junto a Henry, Howard, Giedraitis y Costello en el puesto de cuatro. Los primeros minutos se resumieron en un intercambio de triples por parte de ambos conjuntos, que rehuyeron del contacto y las canastas interiores en un primer cuarto sin apenas faltas. A los siete minutos de juego y tras un triple de Howard que situaba el 15-18 favorable al Baskonia, Jasikevicius solicitó tiempo muerto para intentar frenar la lluvia exterior y ralentizar el juego, su charla tuvo efecto y el Barça fue capaz de contener a los gasteiztarras e igualar el choque a 22 para entrar en el segundo cuarto.

Ese guión que se empezaba a intuir en los últimos compases del primer parcial tuvo continuidad en el segundo, en el que el Barça subió varias marchas en defensa, envió más balones al poste bajo y logró bajar el ritmo del encuentro y frenar la producción ofensiva baskonista. Una elegante bandeja de Thompson y un triple de Hommes pusieron por delante a los alaveses, pero el conjunto culé siguió con su plan y consiguió encadenar un parcial de 11-0 a base de ser agresivo en las penetraciones y sacar faltas a los gasteiztarras. A seis minutos del descanso, el marcador era de 35-27 y el Baskonia necesitaba recuperar fluidez ofensiva, algo que consiguió con la fórmula de juntar a los tres pequeños (Henry, Thompson y Howard) en la cancha. Las posesiones se volvieron más rápidas, Costello y Díez recortaron distancias desde fuera, Howard desempolvó su rifle con ocho puntos consecutivos para su equipo y llegó el empate a 47, aunque el despertar de Laprovittola y un mate de Da Silva sobre la bocina hicieron que el Barça se marchara a vestuarios con una ventaja de cuatro puntos (52-48).

Esfuerzo sin recompensa

En la reanudación, persistió la igualdad entre ambos conjuntos, aunque con acciones muy diferentes en cada aro. Mientras que el Barça encontró canastas con relativa facilidad gracias a los desajustes defensivos visitantes, el Baskonia compensó su tibieza atrás con canastas de mucha dificultad y enorme calidad con el sello de Henry y Thompson, que, en cualquier caso, sirvieron para mantener el encuentro abierto. De hecho, los gasteiztarras llegaron a situarse por delante con una canasta de Costello a los seis minutos del tercer cuarto (63-64), pero el Barça respondió con un parcial de 8-0 liderado por dos triples de Laprovittola para volver a poner tierra de por medio (73-66). Afortunadamente, un matazo de Costello sobre Da Silva y dos tiros libres de Howard redujeron la desventaja a solo tres puntos al inicio del cuarto decisivo.

El escolta estadounidense, máximo anotador del encuentro, siguió comandando el ataque baskonista durante los primeros compases del último cuarto, en los que los de Peñarroya imprimieron mayor agresividad y energía a su defensa. Por momentos, llegaron a tener al Barcelona contra las cuerdas y a cinco minutos y medio del final el marcador era de 81-79. Sin embargo, la quinta falta de Kotsar impidió que Costello se tomara un respiro, los azulgranas se fueron quedando sin fuerzas y, para colmo, apareció Higgins, testimonial hasta entonces, para anotar tres triples consecutivos y lapidar las opciones de triunfo del cuadro vitoriano. Al igual que sucedió en Mónaco hace una semana, el Baskonia se vino abajo en los minutos decisivos, encajó un contundente parcial de 15-3 y terminó cediendo tras anotar únicamente 11 puntos en el último cuarto, los mismos que anotó Higgins en el mismo periodo de tiempo.

La imagen fue positiva ante un equipo de la entidad del Barça, pero faltó claridad y energía para poder rematar la faena. Una energía que deberán recuperar rápidamente para poder hacer frente al Girona el domingo en el Buesa Arena.