Como ocurre cada año en el mundo del baloncesto, tanto los clubes como los jugadores viven momentos mejores y peores y el Baskonia, tras un arranque de campaña fantástico, se encuentra en estos momentos pasando por el primer bache de la era Peñarroya después de haber encadenado tres derrotas consecutivas, la última de ellas especialmente dolorosa contra un rival muy inferior sobre el papel como el Baxi Manresa.

Emplear el término crisis sería precipitarse y faltar a la verdad, ya que el conjunto gasteiztarra continúa en una buena situación tanto en la ACB como en la Euroliga, colocado en la zona noble de la clasificación y con unos excelentes números ofensivos. Sin embargo, es innegable que, de lo que va de temporada, este es el momento en el que el juego del equipo genera más dudas, ya que antes de esta racha de tres derrotas consecutivas contra el Panathinaikos, el Mónaco y el Manresa los de Peñarroya no habían dado ningún signo de flaqueza y ni siquiera habían perdido dos partidos seguidos.

Los recientes resultados, si bien todavía no han hecho saltar las alarmas en el Buesa Arena, sí que sitúan a la plantilla ante la primera situación comprometida de la temporada, ya que deberán reponerse y regresar a la senda de la victoria en una semana de máxima exigencia con triple jornada (el miércoles en casa contra el Zalgiris, el viernes visita al Barça en el Palau y el domingo en el Buesa Arena contra el Girona). Cuando el viento sopla a favor siempre es más sencillo hacer frente a estos retos, pero estos tres encuentros pondrán a prueba la unión de la que ha hecho gala hasta ahora el vestuario y su capacidad para rendir con el viento en contra.

Vuelta al calor del Buesa

En ese sentido, el Buesa Arena puede jugar un papel fundamental e infundir ánimos a un Baskonia que no juega como local desde hace más de dos semanas y que necesita más que nunca el calor de su público. Uno de los síntomas más preocupantes de la derrota sufrida el pasado domingo en el Nou Congost fue la falta de intensidad y frescura de ideas mostrada por los azulgranas, algo que debería cambiar con el aliento y el empuje de los aficionados gasteiztarras. Hasta ahora los de Peñarroya no habían disputado tantos encuentros seguidos fuera de Vitoria, y los desplazamientos realizados habían sido de corta distancia. 

La fatiga de los viajes a Atenas, Mónaco y Manresa han afectado negativamente al equipo, aunque eso no debe servir como excusa, ya que será una constante en una temporada con un calendario tan apretado y los azulgranas necesitarán conseguir resultados en estos desplazamientos si pretenden mantenerse en la pelea por el play off en ambas competiciones. Hasta el momento, el Baskonia acumula un balance de seis victorias y dos derrotas en casa y tres triunfos y cinco derrotas a domicilio, por lo que tiene una tarea pendiente en sus compromisos lejos de Vitoria.

En cualquier caso, las soluciones a los problemas del Baskonia no están simplemente en la actitud del equipo y en jugar fuera de casa igual que en el Buesa Arena, ya que también hay aspectos baloncestísticos en los que el equipo no ha estado bien en los últimos partidos y que necesita corregir. Cuidar mejor del balón y reducir el número de pérdidas, mejorar la comunicación en los sistemas defensivos y afinar la puntería desde el perímetro para acercarse a los porcentajes del inicio de temporada se antojan como tareas fundamentales para recuperar la mejor versión de un Baskonia, que, por otro lado, tendrá poco tiempo para ejercitarse en esta semana plagada de compromisos.

Esperando a Enoch y a Hommes

Otra de las causas de las dificultades por las que está pasando el Baskonia pueden ser sus bajas en el juego interior. Hasta el momento, el equipo no ha acusado en exceso la ausencia de Enoch prácticamente desde que arrancó el curso, pero a raíz de la lesión de Hommes contra el Betis el juego interior azulgrana ha quedado muy mermado y se han perdido los tres partidos en los que el cuatro estadounidense no ha podido participar

Según indicó Peñarroya hace unos días, ambos podrían reincorporarse al grupo a lo largo de esta semana, lo cual sería una grandísima noticia y ayudaría a alargar la rotación, repartir mejor los esfuerzos, ganar centímetros en la pintura y devolver a sus puestos habituales a jugadores que por las circunstancias se han desplazado a posiciones más interiores. Sea como fuere, lo que está claro es que esta semana será fundamental para un Baskonia que necesita reencontrarse consigo mismo.