El Cazoo Baskonia entraba en la recta final del partido por delante. Faltaba poner la puntilla. Matar el duelo. Pues bien, el conjunto azulgrana no supo hacerlo. Apagón. Un triple de Marinkovic llevaría el 77-73 al marcador a falta de 3:44 y el serbio pondría el 79-76 a falta de 2:47 tras una espectacular entrada.

Esa fue la última canasta del conjunto azulgrana. Atascado en el momento decisivo. 0-9 de parcial hasta el pitido final. Los errores de los jugadores azulgranas y el buen hacer del Tenerife a la hora de la verdad propiciaron el triunfo del dinámico conjunto isleño.

Los pupilos de Txus Vidorreta supieron sacar provecho de su mayor efectividad jugando con pequeños ante un Baskonia al que le faltó sangre fría en el tramo final y que se precipitó en exceso. Un triple forzado de Marinkovic y una falta en ataque de Tadas Sedekerskis acabaron por condenar a los de Peñarroya.

El técnico catalán perdió la batalla desde el banquillo. Txus Vidorreta le ganó la partida desde la pizarra. El Tenerife, consciente de que con los grandes tendría menos opciones, decidió variar el rumbo y apostó por el smallball y fue mucho más efectivo jugando con un equipo de pequeños. Con dos interiores abiertos y muy versátiles como Abromaitis y Doornekamp y otros tres jugadores que pueden alternar la posición de uno-dos como Jaime Fernández, Cook y Salin, el Tenerife sacó del encuentro al Baskonia.

El conjunto gasteiztarra renunció a su poderío físico y trató de jugar también al ritmo vertiginoso y con pequeños como propuso el Tenerife. Cayó en la trampa. Ahí Jaime Fernández se hizo dueño y señor del partido. El base madrileño dominó el tramo final del partido a su antojo. Vidorreta renunció a Shermadini y Huertas, y el equipo no lo acusó. Es más, funcionaron mejor con el ex del Unicaja, el verdugo azulgrana.

Se comportó como un auténtico ejecutor en los momentos calientes. Él tenía las ideas claras, todo lo contrario de un Baskonia muy espeso. Cada acción del Tenerife en esos últimos cinco minutos acababa en algo positivo, bien en tiro libre o canasta de algún jugador liberado tras haber movido el balón de forma excelente.

Y lo dicho, Jaime Fernández fue clave. El director de juego del conjunto insular, que acabó el duelo con 19 puntos, consiguió 10 en un último cuarto en el que permaneció en pista 7:30 con unos excelentes porcentajes del 50% en tiros de dos (2/4) y un 66% en triples (2/3). Salin fue el otro jugador que ayudó a poner la puntilla en este tramo final. El finlandés, con 18 puntos en el partido, anotó seis en los casi siete minutos que estuvo en pista en este último periodo, tres de ellos desde el tiro libre. Lo dicho, o anotaban desde la personal al haber forzado una falta o desde el exterior. Y es que el Tenerife estuvo muy inspirado en ese último parcial desde la larga distancia en el que anotó 4/7 (57%) desde los 6,75. Los pequeños le dieron la razón a Vidorreta. Fue la cruz para el Baskonia.