Concretada desde hace semanas la salida en forma de cesión del galo Sidy Cissoko al G-League Ignite, y de camino Pavel Savkov y Ondrej Hanzlik a dos equipos de la Liga ACB como el Fuenlabrada y el Girona, respectivamente, el Baskonia también debe esclarecer el futuro del otro joven que viene fogueándose las últimas campañas lejos del Buesa Arena. Se trata de Miguel González, el alero vallisoletano de 2,03 metros y 23 años que se encuentra entre las quinielas para ser el cuarto jugador de formación de cara a la próxima temporada a las órdenes de Joan Peñarroya.

Mientras la dirección deportiva baskonista valora su situación, a las oficinas del Buesa Arena ha llegado nuevamente el interés de su antiguo club para acogerle otra vez entre sus filas. Ese no es otro que el Força Lleida de LEB Oro, que según ha podido confirmar DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA aguarda la respuesta azulgrana para saber si podrá volver a contar con los servicios de Miguel González en su intento de ascender a la Liga ACB.

El modesto equipo ilerdense, liderado desde el banquillo por el técnico Gerard Encuentra, acabó muy satisfecho con la actitud y el rendimiento del vallisoletano durante el pasado curso, de ahí que ahora pretenda volver a contar con sus servicios. Además, su perímetro está huérfano de efectivos más allá de la solitaria presencia del alero portugués Diego Brito. El Lleida aspira a que la respuesta del Baskonia en este asunto no se demore en exceso para saber a qué atenerse y si debe buscar otras alternativas en el mercado.

La pelota, por razones obvias, está en el tejado de una entidad alavesa que actualmente sufre un grave problema con la identidad del cuarto jugador de formación y podría tener que recurrir a Miguel González para solucionar ese agujero si le resulta imposible acceder a un jugador de más caché.

Tras esfumarse la opción de Rolands Smits, que aceptó una oferta más suculenta en lo económico del Zalgiris, y no lanzarse definitivamente a por otros jugadores apetecibles como Ziga Samar (Alba Berlín) o Augusto Lima (Unicaja), el cuarto cupo del Baskonia es uno de los asuntos capitales para cerrar la plantilla, al margen de certificar la costosa llegada del 'combo' Darius Thompson y la salida de Vanja Marinkovic.

El Baskonia no perdió detalle el pasado curso de la buena temporada de Miguel González en tierras catalanas. No en vano, el exterior brilló en muchos partidos en ataque y gozó de un rol muy importante en la rotación del Lleida, que se quedó a las puertas del ascenso a la ACB. Su papel no tuvo nada que ver, por ejemplo, con el triste paso de la temporada anterior por el Real Canoe, que acabó descendiendo a LEB Plata y donde apenas pudo evolucionar como baloncestista.

El pucelano, de 23 años, acreditó 7,5 puntos, 4,3 rebotes y 1,4 asistencias por partido en casi 27 minutos de media. Es decir, demostró su capacidad para hacer muchas cosas sobre la cancha, si bien en el lado negativo de la balanza figuró el hecho de que su porcentaje desde la línea del 6,75 no superase el 32% de acierto tras lograr 56 triples de 176 intentos.

Desde su aterrizaje en Vitoria en el verano de 2017, Miguel González ha simultaneado su presencia en el antiguo filial del Baskonia de LEB Plata y el primer equipo, donde fue partícipe incluso del título liguero conseguido por los alaveses en la burbuja de la Fuente de San Luis disputando algunos intrascendentes minutos en el encuentro de la ronda inicial ante el Joventut. Con la elástica azulgrana ha disputado un total de 37 partidos, 23 de Liga ACB y 14 de Euroliga. 

En caso de que el Baskonia no considere válido para su proyecto a un alero con contrato en vigor hasta 2024, lo ideal sería que el pucelano siguiese los pasos de Hanzlik y Savkov para intentar jugar en la ACB. Sin embargo, de momento no hay un interés firme por parte de ningún club y el Lleida puede convertirse en un buen lugar para que siga curtiéndose, aunque lo cierto es que a sus 23 años se le están acabando a González las oportunidades para competir al más alto nivel en el Buesa Arena.