Wade Baldwin estaba firmando un partido espectacular en ataque y algo más discreto en defensa. Buena prueba de ello es su impecable segundo cuarto en el que consiguió 12 puntos sin fallo tras anotar sus dos intentos de dos, un triple y los cinco tiros libres para una valoración de 13 dígitos en los 7:19 minutos que estuvo sobre la cancha.
Con los dos puntos que había marcado en el primer cuarto, el de Nueva Jersey ya llevaba 14 al descanso siendo el mejor baskonista con diferencia. El escolta americano siguió con su producción ofensiva en el tercer cuarto al añadir otros seis puntos más. Estaba en vena.
Era el líder del equipo y gracias a sus puntos, el Bitci Baskonia seguía metido en el partido. Pese a que realizó sus únicos fallos en el tiro en este tramo del partido -1/3 en tiros de 2 y 1/3 en triples-, el exterior azulgrana seguía soportando la mayor parte del peso ofensivo del equipo a esas alturas del encuentro. 20 puntos en 22:52 minutos con un más que notable 66% en tiros de dos (4/6), un 50% en triples (2/4) y el 100% en libres (6/6).
Sin embargo, en el último cuarto Baldwin no aparecía en ataque. Sin noticias. Lleva ocho minutos sobre la pista y tan solo había realizado un lanzamiento, que además lo había fallado. Dudas. Se escondía el supuesto killer a la hora de la verdad. Para nada.
El exjugador del Bayern Munich cogió el balón a falta de 19 segundos y decidió que iba a ser él el encargado de jugársela. No le iba a temblar la mano. Sin miedo a asumir la responsabilidad en los momentos calientes. A cualquier otro la bola le hubiese quemado. A Baldwin, no.
Pese a su discreto papel en el tramo final, Wade Baldwin sabía que ese era su momento. Un killer está llamado a jugársela en esos instantes y no se iba a esconder. Jugada perfecta. Uno contra uno contra Paulí y canasta. Sus primeros dos puntos en el cuarto. Suficientes para ganar el partido. No necesitó más para ser el líder del equipo en el partido ante el Andorra, que acabó con 23 de valoración.
Eso sí, todo líder tiene siempre a su lado un fiel escudero al que cabe resaltar. En esta ocasión el acompañante perfecto de la estrella fue Kurucs, quien además de su trabajo oscuro y gris en defensa colaboró con 12 puntos conseguidos gracias a su excelente acierto en el lanzamiento de tres. Un 66% con 4 de 6, siendo especialmente letal en el tramo final del partido con su 2/3 en el tercer cuarto y 1/1 en el último y definitivo.
Además, el letón fue de los pocos que se empleó a fondo atrás en el primer cuarto en el que el Baskonia recibió 31 puntos. Los azulgranas habían encajado 20 puntos en 4 minutos sin su presencia en cancha. Su entrada aumentó la intensidad del equipo y el Andorra solo pudo anotar 11 en los siguientes 6. Su papel atrás queda bien reflejado con el más/menos de la estadística. Kurucs en ese primer cuarto acabó con 0. Sedekerskis, otro león atrás tuvo un +1, mientras que otros jugadores como Alec Peters y Fontecchio presentaron un pésimo -14 y el propio Baldwin -13.