El Baskonia vivió un día frenético y, a la vez, angustioso en el día de ayer. Hasta el punto de que la celebración del encuentro en el Príncipe Felipe estuvo en el aire durante varias horas por la tarde debido a un falso positivo de Neven Spahija, que por precaución se quedó en el hotel de concentración del equipo en Zaragoza y no dirigió al equipo en el recinto maño.
En su lugar lo hizo el vitoriano David Gil, uno de los ayudantes del club que acumula años efectuando una labor sorda y sacrificada en las entrañas del Buesa Arena a la sombra de entrenadores de indudable prestigio. Ayer tuvo el premio de llevar las riendas del Baskonia por primera vez en su carrera por una causa de fuerza mayor derivada de la emergencia sanitaria, que definitivamente está poniendo en jaque el desarrollo normal de la ACB y la Euroliga tras la proliferación de decenas de positivos.
El horario de inicio del partido entre maños y vitorianos, correspondiente a la jornada 15 de la Liga Endesa, estaba programado en principio para las 19.00 horas. Sin embargo, sufrió dos retrasos después de que el Baskonia notificara una hora y media antes la existencia de un caso positivo. En primera instancia se aplazó a las 21.30 y más tarde a las 22.00 horas.
El afectado en cuestión fue Neven Spahija, que dio positivo en covid-19 en una prueba de antígenos efectuada a primera hora de la tarde. Una vez conocido el caso, toda la plantilla se sometió en primer lugar a una prueba de antígenos y seguidamente a un test PCR de respaldo en el que todos los miembros, incluido el entrenador, dieron resultado negativos.
El Baskonia precisó al filo de las 20.15 horas que Spahija no podría dirigir al equipo “a la espera de nuevas pruebas médicas y continuará en permanente contacto y supervisión de los servicios médicos”. En definitiva, una jornada de locos que no impidió a la postre la celebración del partido en Zaragoza, donde los aficionados locales no dieron por momentos crédito a la insólita situación y tan solo en el último momento acudieron al Príncipe Felipe.
