El Bitci Baskonia necesita agarrarse a cualquier clavo ardiendo con tal de intentar huir de una depresión de caballo. En estado de necesidad, cualquier ayuda es bienvenida. Y esta debe llegar cuanto antes de las manos de Lamar Peters, quien pese al jet lag tras haber aterrizado el pasado viernes procedente de Nueva Orleans posiblemente debutará esta tarde en el compromiso liguero ante un Unicaja igual de necesitado que los vitorianos. Son tantas las urgencias a la hora de que un base inyecte algo de orden, rigor y sentido común al delirante baloncesto azulgrana que el base norteamericano disputará casi seguro esta tarde (18.30 horas) algunos minutos frente a los costasoleños. Y todo ello sin obviar que es un recién llegado con un conocimiento escaso tanto de los esquemas como de sus nuevos compañeros.

No cabe duda de que deben ser otros los encargados de sacar las castañas del fuego para evitar, por ejemplo, decisión traumáticas que más de uno comienza a intuir. Quizá no sea suficiente con el desembarco de Peters para hacer del Baskonia un grupo mínimamente estable en los próximos meses, pero el cada vez más cuestionado Dusko Ivanovic necesita algún tipo de estímulo que brinde un balón de oxígeno a un conjunto inmerso en la crisis más grave de su historia reciente.

Porque un proyecto que apuntaba grandes maneras en el mercado estival con fichajes de lo más ilusionantes amenaza ruina en este instante. La cirugía por parte de las altas esferas se limita, de momento, al aterrizaje de un director de juego y no afecta al capitán del barco, aunque nadie sabe lo que puede suceder hoy al filo de las 20.15 horas si el Baskonia vuelve a tropezar delante de sus aficionados y enlaza su sexta derrota consecutiva.

El entrenador montenegrino, un trabajador incansable que pase lo que pase con su puesto de trabajo será siempre una leyenda eterna del club, se ha ganado el respeto y la admiración de todo el baskonismo. Le avalan sus títulos y una filosofía que ha calado hondo entre los dirigentes. Sin embargo, algunas voces cuestionan ya su labor al comprobar cómo el equipo se le está yendo poco a poco de las manos y la capacidad de reacción brilla por su ausencia. Anida la sensación de que no existe química con unos jugadores que no comulgan con sus ideas y emiten síntomas de desquiciamiento a todos los niveles.

Las hirientes derrotas de los últimos tiempos no solo han puesto a Ivanovic a los pies de los caballos sino también a buena parte de los integrantes de una plantilla que está rindiendo a años luz de lo esperado. Baldwin continúa maquillando sus números en los minutos de la basura, Marinkovic no está ni se le espera, Giedraitis ha perdido su célebre empuje anotador con los esguinces de tobillo y la cuerda interior se encuentra cada vez más bajo sospecha cuando en la acera de enfrente emergen pívots de primer nivel.

Un panorama desolador que, en cualquier caso, puede empezar a aclararse en la visita del Unicaja. Si hay un rival sumido también en un agujero negro y con problemas de toda índole, ese no es otro que el conjunto adiestrado por Fotis Katsikaris. Sus tres derrotas consecutivas en la ACB le alejan ya casi de forma definitiva de la Copa del Rey.

Al igual que el Baskonia, el malagueño es un equipo que malvive en el ataque posicional, fía toda su suerte a la consabida pegada de sus exteriores -Brizuela, Bouteille y Fernández tienen muchos puntos en sus manos- y apenas cuenta con amenazas en el juego interior. Con decir que su pieza de referencia es un viejo conocido de la afición del Buesa Arena como Micheal Eric, está prácticamente todo dicho. El nigeriano se proclamó campeón de la ACB con la elástica alavesa en la burbuja de Valencia, aunque durante muchos meses fue un pívot incapaz de dar solidez a la zona y con limitaciones evidentes en la ofensiva.

Feliz por llegar a Vitoria. Lamar Peters ya ha ofrecido sus primeras impresiones como nuevo miembro del Bitci Baskonia, que se ha visto obligado a acudir al mercado a los pocos meses de arrancar la temporada en busca de un director de juego que descifre la presión de los rivales y proporcione algo de clarividencia a un ataque posicional presidido por la espesura. "Estoy con ganas de arrancar, jugar duro y tratar de ayudar al equipo a conseguir el mayor número de victorias. Conozco la Euroliga, sé que es una gran liga y esto es una inmejorable oportunidad para mí. Estoy muy contento de que este club me haya concedido la oportunidad de demostrar lo que valgo. Vengo aquí a ayudar, jugar duro, realizar mi juego y hacer mejores a los demás", recalcó el base nacido hace 23 años en Nueva Orleans. Peters vivió el viernes un intenso primer día como nuevo integrante azulgrana tras pasar los pertinentes exámenes médicos y pruebas PCR. Con el negativo en la mano y una vez comprobado que se halla en perfectas condiciones, Peters ya está listo para aportar su granito de arena a un Baskonia que supondrá el primer gran desafío de su carrera profesional.

Ivanovic necesita cuanto antes un base que inyecte rigor y sentido común al desquiciante baloncesto de las últimas semanas

El cuadro andaluz también llega en crisis al Buesa tras haber perdido sus tres últimos compromisos en la competición doméstica