Eléctrico, volcánico, letal. Cualquiera de estos adjetivos irían como anillo al dedo a Mike James. El base de Portland (1990), que este viernes se mide a su exequipo en el Buesa, es un auténtico killer. Un asesino silencioso, acostumbrado a dar la puntilla definitiva al rival cuando el partido arde. Acostumbrado a jugar los momentos calientes. Puro fuego. Como su carácter, ese que tan malas pasadas le ha generado.
Buena prueba de ello es que sus desencuentros con Itoudis el pasado curso le apartaron del conjunto ruso en el tramo más trascendental de la temporada cuando aún le restaban dos años de contrato. El preparador griego no le quería ver ni en pintura, pese a tratarse del jugador más determinante del cuadro moscovita y acabó el curso en los Brooklyn Nets.
No ha sido el único con el que ha protagonizado desencuentros sonados. Messina también acabó harto de él y no le tembló el pulso a la hora de prescindir del que hasta entonces era el segundo máximo anotador de la Euroliga. "No es un ejemplo a seguir", llegó a decir del base de Oregón su entonces compañero en Milán Vladimir Micov. Una sorpresa para el propio James y así lo reflejó en Twitter, su red social favorita, donde dispara tan rápido o más que en la cancha. De gatillo fácil.
No se calla nada. De hecho en Gasteiz también protagonizó una polémica. Verano de 2018, en los días previos a la festividad de Santiago, un tuitero le preguntó sobre la posibilidad de volver al Baskonia tras la buena imagen que había mostrado durante su periplo entre 2014 y 2016. Pues bien, James ni cortó ni perezoso le soltó que "Vitoria es súper aburrida. Me gusta salir y disfrutar la vida".
Nueva polémica al canto y encendido debate en las redes sociales. ¿Qué hizo James? Seguir disparando. Y eso que algunos como su excompañero Ilimane Diop le pedían que actuase con respeto. "Te aprecio mucho, pero creo que Vitoria es una ciudad perfecta para los jugadores del Baskonia. Una ciudad donde nadie se va a aburrir y puedes hacer lo que quieras. Respeto, por favor".
James no lo veía así. Y eso que también se unió al debate otro integrante del club azulgrana como Matt Janning. El ahora jugador del AS Mónaco señaló que la capital alavesa tiene "buenos restaurantes y buena gente", pero que no podía ni ir al cine, a lo que el fino escolta de Minessota replicó que ya por esas fechas sí que había "películas en inglés una vez a la semana".
Pues bien, el base se tomó con sorna la situación y lanzó un nuevo dardo: "Parecen los años 70. Cuando pongan películas todos los días entonces hablaremos".
No es una ciudad adaptada a sus gustos y eso que al menos disfrutaba asiduamente de los partidos del Araski. Sin embargo, la capital alavesa no reunía los requisitos que buscaba entonces. Algunos aficionados comprendían en cierto modo al jugador y así lo hicieron ver públicamente.
"No se le puede culpar de que encuentre Vitoria aburrida. Tenía 23 años, estaba soltero y venía de una isla griega a una piscina verde y de lluvia interminable. Vitoria no es Las Vegas, es una ciudad para familias", le respondió @mikellpztorre. Pues bien, tampoco se quedaría sin respuesta. James tiene para todos. "Solo volvería si tuviera una familia. Mi vida fuera del baloncesto era aburrida", respondió a través de la red social del pajarito.
No se calla nada. Visceral. Tampoco lo hizo cuando dejó el Baskonia y acusó al club de impagos con su ya célebre frase "no discounts on my services" (no hago descuentos por mis servicios).
Así es Mike James. La estrella rutilante de este As Mónaco al que una ciudad como Vitoria le parecía aburrida. Al menos tras su salida de la Green Capital pudo disfrutar de orbes como Atenas, de la que quedó enamorado, Milán, Moscú, Nueva York y ahora Mónaco. En el Principado reside en un espectacular ático con vistas al Mediterráneo y seguro que tiene muchas más opciones de estar entretenido.
Allí comparte residencia con un perro lobo llamado Lord. Otro cazador. Puro instinto también. Como James, un jugador que no pasa inadvertido y que con el tiempo va ganando más recursos.
Al de compulsivo anotador, es el sexto máximo realizador del torneo continental en estos momentos con 16,25 puntos de media por partido, hay que añadir su cada día mejores aptitudes para repartir juego. Sus 5,25 asistencias por partido le sitúan como el segundo mejor en este apartado del torneo continental solo superado por otro exbaskonista como Heurtel. Todo un lujo. Rebelde, eso sí, pero un auténtico lujo. Y es que los genios son así.