Quizá sea un asunto que permanece en un segundo plano ante la difícil adaptación de Wade Baldwin en estos albores de temporada, pero transcurridos ya diez partidos oficiales de la presente campaña se percibe otro problema mayúsculo en el seno del Baskonia. Tan delicada está resultando la falta de química entre el timonel estadounidense y Dusko Ivanovic como el tremendo agujero en el puesto de dos donde se echan de menos puntos y una mayor amenaza para diversificar los peligros en el tramo decisivo de los encuentros.

Vanja Marinkovic, un fichaje que ya despertó cierto recelo en el entorno tras sus dos discretas temporadas a orillas del Turia y del que prescindió sin pestañear un rival directo como el Valencia Basket, constituye otro foco de indudable preocupación. Ya no es un problema de su clamoroso desacierto desde la línea del 6,75, algo que en cualquier instante se puede reconducir ante los vaivenes en la muñeca de los tiradores, sino saber si reúne las virtudes suficientes como para desempeñar el rol tan importante que requiere un club de altos vuelos como el Baskonia.

Más de un aficionado azulgrana añora en estos instantes la figura de un guerrero como Zoran Dragic -actualmente sin equipo- ante las pobres prestaciones que está ofreciendo el exterior balcánico, preso de la desconfianza cada vez que arma el brazo y con el punto de mira muy desviado pese a haber sido capaz en algún partido de rubricar alguna interesante tacada triplista.

Sobra decir que con el racial soldado esloveno tan apreciado por Dusko se podía ir a cualquier guerra pese a la certeza de que no era un estilista ni un superdotado en ataque. A cambio, sin embargo, era un jugador de sangre caliente que prendía la mecha de una intensidad abrasiva cada vez que hacía acto de presencia en la pista y también contagiaba su espíritu irreductible al resto de compañeros. Con el cambio por el gélido Marinkovic, desde luego, el Baskonia parece haber salido perdiendo.

El conjunto vitoriano está malviviendo en su demarcación por la ausencia de un jugador que sea capaz de generar desde el bote, concite la atención de las defensas rivales y, en definitiva, desatasque los ataques posicionales en el tramo de la verdad. Giedraitis y Fontecchio, dos treses de un mismo perfil, se están viendo obligados a simultanear su presencia durante muchos minutos mientras Marinkovic permanece relegado a un segundo plano en la rotación alavesa.

sin competencia

Por el escolta de 24 años natural de Belgrado, el Baskonia hizo una notable apuesta en el pasado mercado estival al extenderle un contrato por tres campañas (dos garantizadas más una opcional). La idea original en los despachos del Buesa Arena radicaba en haber incorporado otro combo de un perfil anotador, pero la inesperada continuidad de Giedraitis en Vitoria tras no recibir una oferta satisfactoria procedente de la NBA frustró dicha posibilidad quedando Marinkovic sin competencia en uno de los puestos más importantes de cualquier equipo.

Kurucs continúa demasiado verde como para recibir la alternativa e Ivanovic también ha optado en ciertos momentos por intentar elevar la mordiente baskonista con sus bases en pista y Baldwin desplazado al dos. Variantes que, de momento, no han permitido a la escuadra vitoriana conseguir un salto de calidad en una demarcación donde los grandes transatlánticos europeos disfrutan de rutilantes estrellas.

Los números de Marinkovic, al igual que su incidencia en el juego, se encuentran muy por debajo de lo esperado. Al margen de su baja capacidad anotadora en todos los partidos, el serbio tan solo se limita a buscar el tiro de tres, es incapaz de forzar faltas para acudir a la línea y tampoco consigue aportar su granito de arena en otras facetas.

Sus primeros puntos en la Euroliga no llegaron hasta la tercera jornada ante el Panathinaikosy en la ACB, donde promedia menos de un 27% de acierto desde el 6,75, ha firmado unos guarismos raquíticos en cuatro de los seis encuentros.

Liga ACB. El escolta de Belgrado promedia 5 puntos, 2,2 rebotes y 1 asistencia en algo más de 20 minutos. Tan solo ha lanzado ocho tiros dobles en seis partidos -anotando dos- por 26 de tres embocando siete.

Euroliga. Sus números son todavía más raquíticos con 3 puntos, 0,5 rebotes y 0,3 asistencias de media en 16 minutos. Todavía no ha conseguido ninguna canasta doble en cuatro partidos mientras que desde el 6,75 ha anotado la tercera parte de sus lanzamientos (4 de 12). También es preocupante que no haya ido ninguna vez al tiro libre ya que apenas ha forzado dos faltas.

11/38

De momento, Marinkovic está por debajo del 30% desde el 6,75 entre las dos competiciones.

Anida ya la sensación de que Ivanovic ha salido perdiendo en el cambio con Zoran Dragic, un soldado actualmente sin equipo