Del día a la noche. El Baskonia se comportó ayer ante el Alba de Berlín como Doctor Jekyll y Mr. Hyde. Los pupilos de Dusko Ivanovic mostraron dos caras en Alemania. Una espectacular en la primera mitad, otra horrible en la segunda.
Del brillo de los primeros 20 minutos se pasó a un tremendo apagón tras el ecuador. Los números hablan por sí solos. Hasta el descanso, el conjunto azulgrana estaba dando una auténtica paliza al equipo alemán. Los vitorianos habían metido la friolera de 52 puntos hasta el descanso, dos más de los que anotaron en el Pireo ante Olympiacos en todo el partido. Salía todo.
Sobresaliente en ataque, con un equipo en racha, en el que todos los jugadores aportaban. Una orquesta bien afinada. Nadie desafinaba. Trabajo coral. Incluso Marinkovic, muy desacertado hasta la fecha, apareció. El serbio anotó sus tres triples en esa primera mitad para soñar. Pleno desde los 6,75 cuando hasta la fecha llevaba un pobre 1 de 8.
No era el único que resucitaba en el Mercedes-Benz Arena. Baldwin también aportaba su granito de arena en el buen hacer del Baskonia. De hecho en ese brillante primera parte del equipo, el de New Jersey repartió juego, cinco asistencias adornaban su estadística, y se marchó a los vestuarios con unos prometedores 9 puntos de valoración en su casillero y la sensación de que se podía quitar los fantasmas de su cabeza tras un inicio de temporada más que dubitativo.
valoración: 19-74
Junto a ellos, el incombustible Fontecchio El italiano llevaba para el ecuador ya 13 puntos cuando hasta la fecha promediaba en Euroliga 12. Todos brillaban y era gracias a que el equipo estaba jugando como eso, como equipo. Fluido en ataque e intenso, muy intenso atrás. Buena prueba de ello es que el Alba de Berlín se quedó en unos raquíticos 29 puntos en la primera mitad.
La superioridad baskonista era más que notoria y la valoración final al descanso lo reflejaba bien a las claras. 19 créditos para el Alba de Berlín y 74 para el Baskonia.
Pues bien, a los pupilos de Ivanovic la gasolina tan solo le duro el primer minuto de la segunda mitad, cuando tras un parcial de 0-4 pondría la máxima renta en el marcador. Después llegó el apagón. La orquesta bien afinada de la primera parte desapareció. El equipo se diluyó como un azucarillo y pudo sobrevivir al desastre gracias a la veteranía y saber estar de Granger. Dos triples estratosféricos del uruguayo cuando peor pintaban las cosas impidieron que el conjunto alemán se acercara más de la cuenta.
Eso sí, los números de la segunda mitad hablan bien a las claras de que los azulgranas fueron muy inferiores. El Baskonia perdió por 47 a 28 y en valoración también el cuadro alemán fue ampliamente superior: 61 a 20. Lo dicho, del día a la noche.