El Baskonia siempre se ha caracterizado por ser un club vendedor. Los clubes más poderosos de Europa o franquicias de la NBA se llevan a los mejores jugadores del conjunto azulgrana, que cada verano se ve obligado a rehacerse y fichar a jugadores jóvenes con potencial o a grandes oportunidades del mercado, para que estos a su vez alcancen su mejor versión en Vitoria-Gasteiz y vuelvan a marcharse dejando una interesante suma de dinero en las arcas que permita al club comenzar de nuevo el proceso de reconstrucción. Este ciclo es algo que todos los seguidores tienen asumido, pero este verano el lavado de cara del conjunto alavés ha sido uno de los mayores que se recuerda.
De los jugadores que arrancaron la temporada 2020-21, solo quedan en nómina en estos momentos Rokas Giedraitis, Alec Peters y los tres canteranos que ocupan cupo de formación: Tadas Sedekerskis, Sander Raieste y Arturs Kurucs. El resto, ya sea por decisión del jugador o del club, ha tenido que hacer sus maletas y encontrar otro destino. Luca Vildoza fue el primero en abrir el capítulo de salidas al dejar el Baskonia rumbo a los New York Knicks de la NBA en el tramo final de la pasada temporada. Achille Polonara y Pierria Henry, dos de los más destacados del curso 2020-21, decidieron no prolongar su estancia en Vitoria y se unieron al ilusionante proyecto del Fenerbahce, mientras que Colom y Massenat no convencieron a Dusko Ivanovic en el poco tiempo que estuvieron en el Baskonia.
A pesar de haber sido parte de la rotación durante la campaña y participar en los JJOO con Eslovenia, el club decidió no renovar a Zoran Dragic, apostando por el exvalencianista Vanja Marinkovic, mientras que en el juego interior la limpieza ha sido total. Es cierto que el puesto de pívot ha sido uno de los mayores dolores de cabeza del Baskonia desde que Vincent Poirier abandonó la entidad, pero lo que era difícil de prever a principios de verano era que la directiva decidiera prescindir de todos sus cincos. La remodelación comenzó rompiendo lazos con el capitán y uno de los jugadores que más veces ha vestido la zamarra azulgrana como es Ilimane Diop, después se anunció la salida de Tonye Jekiri, el pívot más utilizado por Dusko el año pasado, rumbo al UNICS Kazán, y el último en decir adiós ha sido Youssoupha Fall, quizá la salida más esperable por su bajo rendimiento. En total, siete de los jugadores de la pasada temporada han dejado el equipo, diez si contamos a Carrington, Colom y Massenat, cuyo paso por el Baskonia fue fugaz.
Evidentemente, el Baskonia necesita al menos 12 jugadores en la plantilla para poder competir, por lo que ha tenido que cerrar las incorporaciones de Wade Baldwin IV, Jayson Granger, Vanja Marinkovic, Simone Fontecchio, Matt Costello y Landry Nnoko, a falta de que previsiblemente llegue un jugador interior más al equipo. De hecho, todavía podría haber algún movimiento más en caso de que Giedraitis fichara por un equipo de la NBA, aunque todo indica que seguirá en Vitoria después de rechazar una oferta de la liga estadounidense de algo más de 900.000 dólares brutos.
Fijándose en los mercados estivales de los últimos años, se hace difícil encontrar una revolución en la plantilla similar a la de esta temporada. En el verano de 2020, por ejemplo, el Baskonia mantuvo en nómina a ocho de los jugadores que participaron en la temporada: Henry, Vildoza, Kurucs, Dragic, Sedekerskis, Polonara, Fall y Diop. En el 2019 fueron también ocho los jugadores que permanecieron en la plantilla -Vildoza, Granger, Shields, Janning, Sedekerskis, Garino, Shengelia y Diop-, mientras que en el mercado estival de 2018 la cifra ascendió a nueve: Shengelia, Poirier, Voigtmann, Huertas, Granger, Janning, Vildoza, Diop y Garino. La última gran revolución data del verano de 2017, cuando solo Voigtmann, Beaubois, Diop, y Shengelia permanecieron en la plantilla, además de los canteranos Sedekerskis y Kurucs, que aparecieron esporádicamente por el panorama del primer equipo.
El caso es que en los últimos años el Baskonia había acostumbrado a ser más continuista en la construcción de la plantilla, pero esta temporada ha decidido reedificarla desde los cimientos y conformar un plantel con muchas caras nuevas y con Granger y Sedekerskis como jugadores que más temporadas han vestido la camiseta azulgrana.
El gran riesgo de introducir tantos cambios en un equipo es la posibilidad de que las nuevas piezas no encajen o tarden en entenderse y adaptarse al juego de Dusko Ivanovic. Baldwin, Marinkovic, Fontecchio, Nnoko y Costello deberán estudiarse los sistemas del montenegrino y asimilar el Carácter Baskonia para que la maquinaria azulgrana vuelva a carburar.
El club ha cerrado seis incorporaciones en lo que va de mercado, a falta de un último fichaje que redondee la plantilla azulgrana
Jugadores con opciones de seguir a principios de verano como Diop, Jekiri, Fall o Dragic han sido descartados por la dirección deportiva