El Baskonia de Dusko Ivanovic está de vuelta. Tras todos los problemas del último mes causados por el covid-19 y las lesiones de Peters y Polonara, el conjunto azulgrana realizó ayer un despliegue físico propio de sus mejores momentos de la temporada y recuperó su esencia para construir la victoria a partir de la defensa. El cuadro gasteiztarra estaba obligado a ganar para alargar el final de la temporada y seguir vivo en el play off y tuvo clara cuál era la fórmula para conseguirlo: defender, defender y volver a defender.

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El explosivo arranque de Derrick Williams impidió que se apreciara la buena labor defensiva local, pero con el paso de los minutos los azulgranas se fueron asentando en el partido y, al ver que su trabajo surtía efecto con un parcial de 11-0 para poner el 19-12 en el marcador en el ecuador del primer cuarto, el equipo ganó en confianza y siguió con el plan que tan bien le estaba funcionando. Los vitorianos, tal vez inferiores en cuanto a calidad a los taronjas, suplieron ese déficit a base de imprimir mucha más energía que su rival a todo lo que hicieron. Todas las disputas parecían terminar por defecto en manos gasteiztarras y eso se debió tanto a la mayor agresividad local como a cierta relajación por parte de sus rivales.

El Baskonia realizó una gran labor cubriendo líneas de pase y, liderado por un motivado Henry, logró robar hasta 13 balones a lo largo del encuentro. El norteamericano fue una auténtica pesadilla para Van Rossom, que terminó el choque con seis pérdidas en su casillero. Henry y Giedraitis con cuatro robos, Dragic con tres y Polonara con dos, se vistieron ayer de carteristas para desesperación del Valencia, que en ningún momento tuvo continuidad en ataque a causa de las constantes pérdidas, algunas de ellas por inercia en errores no forzados. En total, los de Ponsarnau perdieron 21 balones, toda una bendición para un Baskonia que vive de salir a toda velocidad hacia al aro contrario en transición y aprovechar los desajustes de sus rivales. Dragic y Giedraitis se movieron con gran acierto en esas situaciones, entrando hasta la pintura como cuchillos.Otro de los aciertos del combinado alavés radicó en conseguir anular a los jugadores que cavaron su tumba el lunes. Dubljevic, decisivo en la remontada del Valencia en el primer encuentro de la serie, pasó de anotar 20 puntos a quedarse en 7, con tan solo cinco tiros de campo intentados. Kalinic bajó de 18 a 5 tantos y terminó desesperado, mientras que Labeyrie, fundamental en la Fonteta con triples decisivos, ni siquiera logró anotar en el Buesa Arena. El único que se escapó de las redes baskonistas fue Prepelic, que mantuvo a su equipo en el partido a base de jugadas individuales. Si él fue la única amenaza, es que algo hicieron bien los guerreros de Dusko.