El laborioso triunfo que consiguió ayer el Baskonia frente al Movistar Estudiantes dejó un sabor agridulce. Los pupilos de Dusko Ivanovic se reencontraron con la victoria tras las derrotas contra el Valencia Basket y el UCAM Murcia, pero, al igual que en ese último compromiso ante el conjunto universitario, se volvió a ver una plantilla en plena fase de hibernación o, por lo menos, de regeneración.

No obstante, pese a que la ardua pelea por entrar en el Top 8 de la Euroliga ha dejado claros estragos -físicos la gran mayoría- en el vestuario, lo cierto es que la calidad inherente de esta es muchas veces suficiente para sumar triunfos al casillero y seguir presionando al Lenovo Tenerife en pos de la tercera posición de la fase regular.

Giedraitis fue el mayor ejemplo de esto último. El fino alero azulgrana se mostró, según palabras de Cuspinera, "imparable" y arrolló completamente al cuadro estudiantil con una anotación de 34 puntos -de todos los colores y sabores- que, además, se convirtió en su mejor registro de este curso como baskonista.

Los colegiales tuvieron durante muchos minutos esperanzas de llevarse el partido, pero la muñeca del elegante lituano hizo que estas desaparecieran de un plumazo. Rokas fue un anotador incansable que se ensañó con la pusilánime defensa del Estudiantes, incapaz de contener sus tiros abiertos, sus penetraciones tras cambiarse el balón de mano o sus canastas a campo abierto.

Fueron finalmente 34 puntos, aunque bien pudieron ser alguno más de no mediar tres fallos desde el tiro libre que no suelen ser normales en un tirador de hielo como el llegado el pasado verano al Buesa Arena procedente del Alba alemán. A Ivanovic no le quedó otro remedio que saturar de minutos a Rokas, que apenas descansó durante algún intervalo del segundo cuarto.

Por si fuera poco, Giedraitis contó ayer con la talentosa colaboración de Henry, que ante la ausencia de Vildoza volvió a superar los 30 minutos en cancha y fue clave en el inicio del juego. Entre ambos exteriores rubricaron una acción de genios a falta de 2,2 segundos para la conclusión del segundo cuarto. En dicho escaso intervalo, el Baskonia tuvo el tiempo suficiente para anotar un triple, obra del francotirador lituano casi desde casi 11 metros, tras un saque de fondo botado por Polonara y un posterior servicio del base estadounidense.

Trauma con el rebote Uno de los mayores problemas del Baskonia frente al Estudiantes estuvo relacionado con el rebote defensivo. Los madrileños castigaron sobremanera este aspecto con un Ángel Delgado muy inspirado que, seguramente, fue uno de los mayores causantes de la insatisfacción de Ivanovic durante y después del encuentro. El rocoso dominicano hizo la vida imposible en varios tramos a Diop y Fall, por lo que Dusko acabó un día más jugando con pequeños.