El OAKA ha sido escenario en el pasado de históricas gestas del Baskonia en medio de ambientes infernales. La aplastante victoria de este martes no mereció tal calificativo por la debilidad del actual Panathinaikos o la frialdad que produce la falta de público en las gradas, pero sí fue de un valor incalculable por los réditos que proporciona a nivel clasificatorio. La cancha griega volvió a ser talismán para asistir muchísimo tiempo después a la silueta azulgrana entre el selecto grupo de elegidos en la Euroliga.

Porque todo resultó a pedir de boca en una jornada ciertamente soñada que consolida las cada vez más serias opciones alavesas de alcanzar la zona noble. El rotundo triunfo en Atenas en un partido sin historia, endulzado por la soberbia actuación de Polonara, Giedraitis o Dragic, se vio acompañado por las derrotas del Real Madrid y Zenit ante el Anadolu Efes y el CSKA, respectivamente.

Tras estirar la conmovedora racha a nueve victorias en los últimos diez encuentros, el Baskonia hizo realidad su objetivo de pisar el Top 8, ascender momentáneamente hasta la séptima posición y, por ende, depender de sí mismo en las dos jornadas restantes para el cierre de la fase regular continental. Ni el más optimista de los seguidores hubiese vaticinado algo así allá por enero cuando una fatídica racha de derrotas redujo el margen de error hasta la mínima expresión.

Ver para creer tras una pletórica remontada que deberá refrendarse este jueves ante esa insaciable máquina llamada Efes y la próxima semana en la Fuente de San Luis ante el Valencia Basket. Dos rivales de cuidado que, eso sí, serán encarados con la moral por las nubes. Apreciada la suficiencia azulgrana, queda claro que el plantel se tomó un día de fiesta y a la ligera la reciente visita liguera del Gran Canaria al Buesa. La Euroliga centra ya todos los esfuerzos de un equipo que divierte, contagia y sabe a lo que juega con el inconfundible sello de Ivanovic.

Mientras al Panathinaikos no le iba nada en el envite, el Baskonia se jugaba la vida. Ese desigual estado de necesidad marcó un partido que discurrió por cauces favorables al equipo vitoriano con un Polonara nuevamente descollante, una versión de lo más punzante de Giedraitis y también la pegada mortal de necesidad de Dragic. En un segundo plano figuró el trabajo de fontanería de Sedekerskis, mientras que en el lado negativo de la balanza tan solo hubo que ubicar a Vildoza.

Fue un paseo militar en Atenas, donde se juntaron el hambre y las ganas de comer. En un lado de la cancha, emergió un Baskonia voraz dispuesto a comerse el mundo. Enfrente, un Panathinaikos para el que esta recta final de la Euroliga se ha convertido en una tortura. De ahí que la velada agigantara la figura de tres jugadores en otra dimensión.

Polonara, que mantuvo un estelar duelo anotador con Mitoglou en varias fases, volvió a multiplicarse en todas las facetas para liderar el noveno triunfo en diez partidos. Con una confianza desbordante en sí mismo, el italiano se disfrazó de francotirador para lucir los encantos de su muñeca y también de velocista para culminar en alley oop varias transiciones. Giedraitis, igual de arrebatador que el ala-pívot desde el 6,75, se erigió en su mejor escudero para hacer más pesada la mochila del Panathinaikos, mientras que Dragic fue la tercera pata del banco con una álgida producción ofensiva.

Tales fueron las facilidades de la velada que a Ivanovic le bastó con una famélica rotación de ocho hombres para cumplir el trámite. Fall, Kurucs -este tan solo disputó los minutos de la basura- y Raieste quedaron fuera de los planes del técnico montenegrino, de nuevo en su salsa con una reducida guardia pretoriana en la que confía a ciegas.

El Baskonia metió la directa desde los compases finales del primer cuarto para sellar uno de los triunfos más incontestables de la Euroliga. La tempranera segunda falta de Hezonja también resultó de una ayuda inestimable para conseguir un plácido despegue en el OAKA. Las penurias griegas fueron aprovechadas por un forastero sostenido por un elevado ritmo de anotación. Este jueves se ve elevado el listón de la exigencia ante el Efes de Larkin y compañía, pero nadie pone límites a la ambición de seguir soñando en esta Euroliga.

FICHA TECNICA.

PANATHINAIKOS 82: Sant-Roos (14), Papapetrou (3), Hezonja (14), Mitoglou (22) y Auguste (-) --quinteto inicial--; Mack (3), Bochoridis (8), Papagiannis (7), White (-), Bentil (11) y Kaselakis (-).

TD SYSTEMS BASKONIA 97: Henry (11), Giedraitis (25), Sedekerskis (4), Polonara (22) y Diop (-) --quinteto inicial--; Vildoza (4), Peters (9), Dragic (22) y Kurucs (-).

-PARCIALES: 21-25, 20-24, 18-23, 23-25.

ARBITROS: Belosevic, Paternico y Nedovic. Sin eliminados.

PABELLON: OAKA.