El presidente de la ACB, Antonio Martín, reconoció ayer que los clubes están sufriendo una "tensión máxima" en sus economías debido a la ausencia de público en sus pabellones y aseguró que les parece "una contradicción que en los eventos musicales se permita público", pero no en las ligas profesionales de baloncesto y fútbol.

Todavía no hay fecha para el regreso de los aficionados a las pistas, pero la patronal no descarta que en los próximos meses, posiblemente antes del final de la presente Liga Endesa, se puedan abrir otra vez los pabellones al público. Sobre todo si las cifras de la pandemia siguen en retroceso las próximas semanas, como ocurre en la actualidad.

"Llevamos un año sin público y eso se traduce en 2.165.418 espectadores menos en la ACB y en la desaparición del 23% de los ingresos de los clubes que supone la venta de entradas. Lo que más me sorprende es que los equipos hayan mantenido su nivel competitivo. Pero un año sin venta de entradas les está llevando a que tengan una tensión máxima", apuntó Martín en un desayuno informativo, estimando esas pérdidas en "bastantes millones de euros".

En este sentido, remarcó que "los clubes ven una contradicción que en todos los eventos musicales se permita público" y no en el baloncesto profesional. "Están convencidos, y yo también, de que tenemos un protocolo exhaustivo, duro y complicado. En la carta que escribí hablé de 500 aficionados por partidos, que es el 10% de capacidad del pabellón más pequeño de la ACB", apuntó.

Casi un año lleva ya el Buesa Arena huérfano de su afición en la Liga ACB, en concreto desde el pasado 8 de marzo del 2020 con aquella victoria ante el Tenerife de Vidorreta (75-58). En los primeros partidos de esta edición de la Euroliga se dieron cita en las gradas unos 400 privilegiados antes de la prohibición del Gobierno Vasco.

Una situación muy dura para los aficionados, para los jugadores -sin el aliento de su gente- y también para los propios clubes, cuyas pérdidas económicas están siendo cuantiosas. "No hay nadie más interesado que el CSD en que el deporte coja ese oxígeno. Tenemos que negociar lo mejor posible con el bicho, pero no es fácil para nosotros ni para el que tiene que dar el permiso. Ahora estamos en un momento en el que podemos ver con más optimismo los meses venideros y la posible vuelta de público", valoró, sin atreverse a estimar cuándo volverá el público a los pabellones.

A este respecto, añadió que "si los números de la pandemia ayudan, tanto el Ministerio de Sanidad como el CSD estarán por la labor". "Sin ninguna duda, son los primeros que quieren normalizar ciertas cosas para que la gente esté entretenida con lo que le gusta consumir y pueda descansar", zanjó sobre este tema.

Sin público se celebró la reciente Copa del Rey de Madrid, donde la ACB se planteó el problema de "cómo celebrar el torneo de las aficiones sin las aficiones". "La gente estaba incluso negativa. Intentamos crear un ambiente muy audiovisual y que la gente se sintiera protagonista con la pantalla de 33 metros que instalamos. Logramos que la audiencia subiera un 17%", comentó el exjugador.

Ahondando en este aspecto, Martín insistió en que la celebración del torneo en el WiZink Center ha sido un éxito rotundo de su organización. "Yo no contemplaba el escenario B de no haber disputado la Copa. Ha sido difícil sacar adelante una competición en estas circunstancias, pero las consecuencias económicas de no haberla celebrado habrían sido bastante peor", reflexionó.

Para acabar, Martín sí reconoció que "la ACB tiene que entonar el mea culpa y preguntarse en qué momento existió esa separación con aficionados, prensa y jugadores para que tuvieran ese sentimiento de orgullo y pertenencia hacia la Liga". "Ese es nuestro trabajo fundamental, trabajar ese sentimiento de pertenencia a la competición. Entonces el aficionado se pondrá la camiseta de Brizuela o Claver", indicó.