y que sus dos últimas temporadas no habían sido excesivamente boyantes sin un minutaje ni un protagonismo desmedidos
Transcurrida ya más de la mitad de la campaña 2020-21, el ala-pívot estadounidense se ha destapado como uno de los valores más sólidos del conjunto vitoriano. Casi siempre inicia los partidos desde el banquillo, pero integra con merecimiento la guardia pretoriana de un Ivanovic siempre muy cómodo a la hora de manejar grupos cortos.
A menudo silencioso pero siempre dispuesto a desenfundar el rifle y apretar el gatillo con el colmillo bien afilado, Peters ha logrado remontar definitivamente el vuelo en Vitoria y reivindicarse como uno de los mejores jugadores del Viejo Continente en su demarcación. Más allá de sus números -incluso mejores en la Euroliga con más de 12 puntos y 4 rebotes por velada-, también exhibe buenas dosis de liderazgo dentro del vestuario.
Toko Shengelia emigró el pasado verano al gélido invierno de Moscú sin que su huella esté siendo lo alargada que todos podían intuir. Entre los galones adquiridos por Achille Polonara, santo y seña del baskonismo pese al poco tiempo que lleva en el Buesa Arena, y la pujanza de Peters, el puesto de cuatro es sin duda uno de los más solventes del Baskonia.
Lo positivo para el técnico montenegrino, además, es que los dos jugadores encargados de rellenar el vacío dejado por el georgiano son totalmente complementarios. De hecho, suele ser algo habitual ver compartir muchos minutos en pista a Polonara y Peters en busca de una mayor fortaleza física. El denominado triple poste con el norteamericano abriendo espacios y tratando de lucir una de las muñecas más mortíferas a este lado del Atlántico.
El Baskonia le ofreció hace meses la posibilidad de relanzar una carrera algo venida a menos y el cuatro de Illinois no ha desaprovechado la ocasión. Todas las virtudes atisbadas durante su etapa universitaria, que tan solo aparecieron con cuentagotas en las discretas etapas de Moscú y Estambul, han quedado plasmadas con la elástica azulgrana.
El repertorio de Peters en cada partido incluye prácticamente de todo. Munición a raudales desde la línea de 6,75 metros, una evidente capacidad intimidatoria cada vez que sale hacia fuera, una interesante lectura del juego y también un buen despliegue en el rebote, a lo que hay que añadir otros registros en su juego como la capacidad para postear a sus pares gracias a su envergadura.
Puesto todo ello en la coctelera, no cabe duda de que Peters se está revalorizando de forma notable en Vitoria y no es descartable que al término de la campaña pueda lloverle alguna oferta atractiva que le haga replantearse su continuidad como integrante baskonista. Su situación contractual en el TD Systems no ayuda demasiado a la hora de tranquilizar al entorno en este sentido.
Pese a que el club vitoriano desveló en su día que el contrato de Peters era por dos temporadas, la segunda de ellas no está garantizada. Ambas partes acordaron en realidad la clásica fórmula del uno más unoEs decir, tanto el club como el propio jugador disponen de una opción unilateral para separar sus caminos una vez acabe este ejercicio, siempre previo pago de una indemnización. En cualquier caso, aún queda mucho para que llegue ese momento y la muñeca de Peters debe contribuir a que el Baskonia haga un buen papel en lo que resta de ACB y Euroliga.
Su convivencia con Polonara está siendo ideal y entre ambos han evitado que la sombra de Shengelia sea alargada en el Buesa Arena