- La Copa del Rey de Madrid ya pasó de largo y el Baskonia ha dispuesto de tiempo suficiente para limpiar la mente desde la eliminación ante el Barcelona. Todavía restan apasionantes objetivos por satisfacer en la actual temporada y la búsqueda del pasaporte para el Top 8 dista mucho de ser una misión imposible tras las dos últimas victorias cosechadas ante el Zalgiris y el Real Madrid que mantienen vivas las esperanzas.
La tropa vitoriana dispone esta tarde (18.00 horas) de una inmejorable oportunidad para seguir alimentando un sueño difícil pero no imposible. La visita al Khimki, colista de la Euroliga que no conoce la victoria desde hace tres meses y envuelto en graves turbulencias extradeportivas, se antoja propicia con el fin de mantener el aliento sobre los perseguidores.
Dentro de un contexto de máxima necesidad y ya con escaso margen de error de aquí a la conclusión de la maratoniana fase regular, el TD Systems necesita hurgar en la herida del melancólico anfitrión ruso. Si no quieren dar un paso atrás prácticamente definitivo en sus aspiraciones, los hombres adiestrados por Dusko Ivanovic deben evitar por todos los medios cualquier atisbo de relajación en la guarida del que, sin duda, es el peor equipo de esta Euroliga.
En la periferia de Moscú aguarda un adversario cuyo prestigio se encuentra por los suelos y que tiene el triste honor de haber ganado únicamente dos partidos en veintitrés jornadas. En concreto, el Khimki se impuso al Estrella Roja (83-77) en casa y al Zenit San Petersburgo a domicilio (83-88), aunque esta alegría tuvo lugar el lejano 17 de noviembre del año pasado.
Desde entonces, el grupo comandado por Alexey Shved ha emprendido una imparable caída hacia los infiernos traducida en la friolera de catorce derrotas consecutivas. El Khimki confeccionó el pasado verano otra plantilla supuestamente galáctica para pelear por el Top 8, pero a la hora de la verdad su rendimiento ha sido decepcionante.
Algunos jugadores reclutados en su día con el cartel de estrellas (Jonas Jerebko y Greg Monroe) ya no visten de amarillo y otros como Devin Booker -ahora en Estados Unidos tras el nacimiento de su hijo- también pueden abandonar en breve la disciplina rusa. Tal es su crisis institucional que la Euroliga le ha sancionado sin poder fichar debido a los impagos a sus jugadores.
Y es que a los sufridores rectores del Khimki no les está resultando nada fácil hacer frente a los astronómicos sueldos de una plantilla destrozada en el plano anímico y que tampoco ha visto la luz tras el relevo técnico acometido hace semanas. Andrei Maltsev no ha mejorado a nivel de resultados el desolador panorama dejado por el histórico Rimas Kurtinaitis.
Colgado desde hace años de la anarquía de Alexey Shved, un anotador compulsivo que tiende a restar más de lo que suma con su pernicioso individualismo, el abúlico rival baskonista continúa empeñado en coleccionar fracasos en la máxima competición continental. Sin embargo, el estrepitoso desastre de esta campaña resulta muy difícil de entender viendo los lustrosos nombres que lo conforman.
No es algo nuevo ver al Khimki deambular como alma en pena por Europa, pero su desconcertante trayectoria de estos meses debe allanar el camino del TD Systems hacia el duodécimo triunfo continental. Cualquier otro escenario que no sea pescar en río revuelto y, a poder ser, recortar la inquietante desventaja respecto al octavo clasificado sería un fiasco monumental.
Un Anadolu Efes en línea claramente ascendente suma dos victorias más que los alaveses, aunque Shane Larkin y compañía han disputado un partido menos. El Zenit de Xavi Pascual, séptimo clasificado, también le saca dos cuerpos de ventaja al Baskonia, si bien en su caso aún tiene pendientes dos encuentros suspendidos en su día por la emergencia sanitaria.
Es decir, el maratoniano azulgrana no puede permitirse bajo ningún concepto el lujo de incurrir en más tropiezos en jornadas relativamente sencillas como la de hoy o la próxima semana ante el Estrella Roja en el Buesa Arena.
Ahora es cuando los aficionados maldicen aquellos triunfos que, por ejemplo, se escurrieron de las manos en la doble confrontación ante los asequibles Alba Berlín y Asvel Villeurbanne. Sin embargo, echar la vista atrás carece de sentido a estas alturas de la película y con tanto por jugarse.
Los tres próximos duelos ante el Khimki, el Estrella Roja y el Olympiacos son decisivos para meterse de lleno en la lucha por el 'Top 8'
El fantasmagórico club ruso, castigado sin poder fichar debido a los impagos, se ha convertido en la decepción de esta edición continental
La defensa a Shved, que acostumbra a restar más que sumar por culpa de su individualismo, será clave para evitar sobresaltos