- En un encuentro que no será recordado por su alta anotación, Pierria Henry se descubrió como una máquina anotadora, un agente inesperado en la ecuación del Real Madrid que causó estragos en su defensa y devolvió al instituto a Facundo Campazzo, al que se midió en diversas fases del encuentro y al que logró superar tanto en defensa como en ataque.

Los puntos se pagaron a precio de oro en la primera mitad, que terminó con un parcial de 33-29 favorable para el TD Systems Baskonia y Henry apenas pudo aparecer. A los pocos minutos de comenzar el partido, caminando hacia atrás después de entrar a canasta, se chocó con Sander Raieste, se llevó un golpe en la rodilla y tuvo que ser sustituido por Luca Vildoza. Más adelante pudo regresar al parqué pero no pudo aportar más que cinco puntos en la primera mitad, en la que solo Peters se salvó en ataque en el lado baskonista, con gran acierto en el tiro y catorce tantos.

Al inicio de la segunda mitad, el choque parecía ir por los mismos derroteros. Hasta casi los dos minutos del tercer cuarto no llegó la primera canasta, que anotó Peters. Henry parecía desesperado con Campazzo, el Baskonia encajó un parcial de 0-7 y cedió el liderato al Real Madrid. En ese momento, con 36-37 en el marcador, Dusko Ivanovic pidió un tiempo muerto y Henry se llevó parte de la reprimenda del técnico montenegrino al equipo. En la reanudación, Henry parecía desesperado, hablaba consigo mismo, contrariado. Sin embargo, cuando peor parecía que le iban las cosas al base norteamericano fue cuando despertó.

A partir de entonces se convirtió en una apisonadora. Empezó a coger confianza con cuatro tiros libres y se motivó defendiendo a Campazzo y desesperándolo. En varias ocasiones le retó a encararle y el base argentino recibió su propia medicina. Con los ánimos por las nubes e impecable en defensa, Henry se vistió de killer en el último cuarto, cuando el marcador aún estaba apretado y el partido necesitaba de un jugador que aportara algo diferente y comenzara a abrir hueco en el marcador. El Real Madrid no encontró la fórmula para conseguir frenar al base baskonista, que comenzó a anotar canastas de todos los colores, enchufar triples e inventar asistencias.

Con 12 puntos en el último cuarto, todos ellos provenientes de canastas de hermosa factura y enorme dificultad, Henry se fue hasta los 23 puntos, despuntando en una faceta en la que no habitúa a dar recitales como el de ayer. De hecho, la de anoche fue la mejor actuación anotadora de su carrera en Euroliga, superando la marca de 20 puntos que registró el pasado 2 de enero contra el Barça. Nada mal para un base al que habitualmente se le reconoce mucho más su aportación en labores defensivas que en las ofensivas.