- A las competiciones de baloncesto en las que participa el Baskonia les llega su semana decisiva a la hora de tomar decisiones acerca de su reanudación o suspensión definitiva. La Euroliga se había marcado como plazo la jornada de ayer para emitir su dictamen final, pero será finalmente este lunes cuando los clubes propietarios de la competición se reúnan para determinar si el curso se puede reanudar el próximo mes de julio o si finalmente la campaña queda finiquitada.
Las sensaciones son muy negativas y hace unos pocos días el propio presidente baskonista, Josean Querejeta, se manifestó pesimista acerca de las opciones de reanudar el curso por entrar en confrontación las legislaciones de países muy diversos y también la diferente evolución de la pandemia en distintas zonas; una línea en la que también se han expresado algunos clubes más, con el CSKA como gran abanderado de la suspensión tras el fallecimiento de su médico por coronavirus.
En sentido contrario, la ACB, que tiene como fecha tope para su decisión el próximo domingo 31, rezuma optimismo tras la luz verde del Gobierno a la reanudación de las competiciones deportivas profesionales a partir del próximo 8 de junio y todo hace indicar que en la segunda quincena del próximo mes quedará resuelto el torneo liguero mediente una fase final de dos semanas en sede única.
Los propietarios de la Euroliga, entre ellos el Baskonia como uno de los once clubes con licencia, están citados esta mañana a una junta ejecutiva de accionistas telemática. En dicha cita, la organización presentará sus planes, el protocolo de actuación, los pros y contras de reanudar la temporada y la sede elegida para desarrollar el torneo que entre el 4 y el 26 de julio debería resolver la competición si se acaba disputando.
Con esos argumentos sobre la mesa, y después de que los jugadores manifestaran de manera mayoritaria al organismo el pasado sábado que prefieren no jugar, llegará el momento de la votación de los once clubes, que se resolverá mediante mayoría simple y con la capacidad de Jordi Bertomeu, presidente de la Euroliga, de decantar cualquier empate -solo se puede producir si hay abstenciones- mediante su voto de calidad. Acto seguido, la asamblea de la competición, en la que se encuentran englobados los dieciocho clubes que la componen esta temporada, debería validar esa decisión de la junta ejecutiva.
Si en la Euroliga las dudas acerca de la reanudación son enormes y todo hace indicar que retomar la competición será imposible, en la ACB el anuncio el sábado de que las competiciones en España se podrán retomar a partir del 8 de junio ha propiciado que el optimismo se dispare.
La idea trasladada a los clubes es retomar la competición mediante el formato ya determinado (dos grupos de seis equipos, de los que los dos mejores accederán a las semifinales y los ganadores se disputarán el título) a mediados de junio -el miércoles 17 ha sido la fecha marcada- para acabar el último día de dicho mes (martes 30) o el miércoles 1 de julio. Valencia es la clara favorita para ser la sede.
Pendientes de LEB Oro El inicio de la semana no solo será clave para los grandes clubes europeos, también para los pequeños y medianos equipos españoles, que sabrán cómo se articulan los ascensos de categoría después de la reunión que hoy por la tarde mantendrá la comisión delegada de la FEB, el órgano habilitado para tomar la decisión. Con la competición finalizada en todas las competiciones organizadas por la Federación y decidido que no habrá descensos, la clave está en saber cómo se disputarán los ascensos a las competiciones superiores. El debate está en si se considera viable a nivel sanitario disputar una fase de ascenso presencial, ya que de lo contrario se tomará como referencia la clasificación del mes de marzo, cuando se paralizaron las competiciones.
La LEB Oro es el apartado más espinoso, ya que según las bases de competición deberían subir dos equipos a la Liga ACB, para lo que se plantea, bien decidir una plaza en un partido entre el primero y el segundo y la otra en una fase eliminatoria entre los siete que van del segundo al octavo, o bien tomar la clasificación del 8 de marzo. Sin embargo, estos dos ascensos generarían una ACB con veinte equipos, una situación indeseada por los clubes de la misma. A este conflicto se suma la situación de los ocho primeros (Valladolid, Gipuzkoa, Coruña, Alicante, Palencia, Melilla, Mallorca y Breogán), muchos de ellos sumidos en expedientes de regulación temporal de empleo, lo que podría dificultarles disputar esas fases de ascenso.