- Si el lunes fue la Liga ACB la que puso sobre la mesa su hoja de ruta para concluir la temporada, la otra competición en la que se encuentra enrolado el Kirolbet Baskonia, la Euroliga, expuso ayer su plan para que el torneo toque a su fin en verano, siempre que la pandemia provocada por el coronavirus que ha propiciado el actual parón lo permita. El presidente de la organización, Jordi Bertomeu, ya había desvelado la semana pasada el formato que se estaba barajando, con la conclusión de las seis jornadas restantes para el final de la fase regular y el acceso directo de los ocho mejores a eliminatorias a partido único de cuartos de final y semifinales antes del partido por el título, todo ello en una sede única en la que se puedan usar dos pabellones o en dos sedes cercanas que ofrezcan instalaciones acordes al nivel de la competición. Ayer, tras la tercera reunión en las últimas semanas de la junta ejecutiva de accionistas de activos comerciales de la Euroliga, se marcaron sobre el calendario todas las fechas clave de este proyecto. En lo estrictamente competitivo, el plan, si se puede llevar a cabo, pasa por jugar ese máximo de nueve encuentros que disputarían los finalistas entre el sábado 4 de julio y el domingo 26 del mismo mes. Eso sí, previamente se habrán de superar una serie de hitos, como el que se ha marcado del domingo 24 de mayo como fecha límite para determinar si la competición se puede reanudar en julio o si definitivamente se da la temporada por finalizada.
Tras esa decisión que como muy tarde se tomará el 24 de mayo, entre el 29 de ese mismo mes y el 11 de junio se llevaría a cabo, en caso de ser necesario, un período de cuarentena para los clubes, ya que se ha otorgado permiso a los jugadores para que regresen a sus lugares de procedencia, aunque atendiendo a las medidas de sanidad que hay que seguir. Al día siguiente, el 12 de junio, comenzaría una pretemporada que se extendería hasta el 2 de julio. Y ya a partir del 4, y hasta el 26, se retomaría la competición -aún está por designar la sede para la que ya se barajan opciones como Moscú y Atenas, que cuentan con dos pabellones, o Kaunas y Vilna, cercanas entre sí y con instalaciones con capacidad para acoger los partidos- para afrontar los seis encuentros que aún quedan pendientes de la fase regular y, ya con solo los ocho mejores clasificados, eliminatorias directas de cuartos, semifinales y final.
En clave baskonista, el factor cancha al que se aferraba el equipo de Dusko Ivanovic para tratar de salvar el partido de desventaja que le separa de las eliminatorias se difuminaría de manera considerable, pues de los seis encuentros pendientes cuatro se debían disputar en el Buesa Arena y, de retomarse la competición, serán ahora en pista neutral. Maccabi, Anadolu Efes, Armani Milan, Barcelona y Valencia son los seis oponentes que a los azulgranas les quedan por delante. Si ya era difícil soñar con la clasificación en un desarrollo normal de la competición, ahora se antoja aún más complicado pese a esa desventaja mínima con respecto a la octava plaza. Pero el nuevo formato puede deparar sorpresas y la opción de acceder a los cuartos de final y buscar la sorpresa estará sobre la mesa.
La exposición del plan de la Euroliga para la finalización de su temporada apunta a generar un conflicto de intereses con una Liga ACB mucho menos explícita a la hora de marcar fechas en el calendario, pero que marcó el 10 de julio como límite para su conclusión en un torneo que se resolvería en prácticamente dos semanas con un máximo de siete encuentros. Si el torneo nacional se va a esos límites máximos, las competiciones se solaparían y harían inviable la participación en ambas de los cuatro enrolados en el máximo torneo continental (además del Baskonia, Barcelona, Real Madrid y Valencia) y también del Unicaja, pues la Eurocup está prevista del 4 al 17 de julio.
Por otra parte, la Euroliga también anunció un acuerdo con la Asociación de Jugadores (ELPA) para adecuar sus condiciones contractuales a la actual situación y "establecer una serie de obligaciones y garantías mínimas". De momento, el pago de los salarios de los profesionales se pospone hasta que haya una decisión definitiva. Si se puede reanudar la competición, aquellos que finalizaban quedarán prorrogados hasta el 31 de julio y cobrarán el 85% de su salario base como muy tarde el 15 de agosto. En el caso de que la campaña quede definitivamente cancelada, los contratos se considerarán finalizados y volverán a estar vigentes el 1 de julio en los casos en los que resten varias temporadas por cumplir y los jugadores cobrarán el 80% de lo firmado.
La junta ejecutiva de la competición se ha marcado el 24 de mayo como fecha límite para decidir si el torneo se puede reanudar